14 Marzo: Cuaresma (II)

– La relación que sigue es variable en sus costumbres, según regiones o países.

– También llamado de Cuadragésima (Cuarentena), o de Invocabit, por la primera palabra de la entrada de la misa en latín, queda próximo a Media Luna creciente. En la Edad Media fue el Domingo de Hachones, por la costumbre de llevar velas gordas en la Misa, para expiar los excesos del Carnaval. Con el mismo sentido penitencial, en algunos países se llamaba Domingo Negro, pues se eliminaba vestir con ropa de color, cambiándola por prendas oscuras y la única flor permitida era la violeta por su color morado, representando la aflicción y la pena.

– Otro nombre más popular es el de Domingo de Piñata. La pignatta es «olla» en italiano y el nombre se refiere al juego de romper, con los ojos vendados, una olla o cántaro que contiene algún regalo dentro. O bien se formaba un corro y se lanzaban unos a otros cacharros de barro, pagando alguna prenda quien dejaba que se rompiera la vasija. Otro juego era el «higuí», conseguir morder un higo atado a una cuerda del extremo de un palo.

– En muchos lugares se encendían hogueras durante este primer domingo de Cuaresma, las fogatas cuaresmales, incluidas en el ciclo de los fuegos invernales. En Chequia preparaban bollos alargados que recubiertos de cintas eran colgados en árboles. Cuando los niños los encontraban, les contaban que eran regalos de un zorro, de donde surgió la expresión Domingo del Zorro.

– Cercano a Luna Llena. Como los domingos estaban exentos del ayuno cuaresmal, a menudo se permitían licencias culinarias y se cocinaban platos especiales para cada domingo de cuaresma, que recibía su nombre del plato propio del día. En Cuaresma también se solían realizar limpiezas y enlucidos generales de las casas como preparación para la llegada del buen tiempo. En Chequia este era el Domingo Barrendero en alusión a estas costumbres.

– Próximo a Media Luna menguante. En esta fecha móvil se inician los festejos de las fiestas de La Magdalena en Castellón, entre los que destaca la Romería de las Cañas, que rememora la refundación de la ciudad.

– Transcurridas tres semanas desde el Miércoles de Ceniza, o sea el jueves de la cuarta semana, era considerado la mitad de la Cuaresma y tenía lugar la ceremonia de Partir o Serrar la Vieja. En algunos lugares se celebraba el domingo siguiente, cuarto de cuaresma. Se salía a comer al campo llevando a la Vieja, un muñeco de madera, portando entre las manos el huso y la rueca, habituales instrumentos de la Hilandera del Destino. Su interior estaba lleno de frutos dulces, entregados a los niños después de ser aserrada, o antes de ser quemada en la hoguera. En otros lugares, la Vieja se construye con cañas y papeles, se plantaba en el sitio de la merienda y al final mostraba sus golosinas tras ser destrozada a pedrazos. Es una tradición en varias regiones españolas, con arraigo especial en pueblos del levante de Almería. Al igual que en las meriendas de San Marcos (25 abril), el hornazo, pan o torta de aceite con huevo duro incluido, señalaba la primavera inicial, en Ciruelos (Toledo) el hornazo también es llamado La Vieja. En Francia se celebra una fiesta o comida campestre de la mitad de la cuaresma (mi-curéme).

– En algunos lugares de León, antes de morir, ocurría el «Parto de la Vieja», que daba a luz un gato enfurruñado. Esta costumbre, con el mismo sentido que el Tronco de Navidad, va ligada al complejo carnavalesco del antiguo Año Nuevo primaveral, la Vieja, como siempre por estas fechas de fin de año, era el Año Viejo, a quien se despide al acabar el Invierno. Como en las piñatas, la destrucción de lo viejo da lugar a la abundancia. De hecho, tanto en las leyendas como en algunas mascaradas, la Vieja, además de la imprescindible huso o rueca, suele llevar un bebé o una niña en el regazo, representados por una muñeca. Por esto se cree que el sentido primitivo de Partir la Vieja se refería al Parto de la Vieja, previo a su desaparición.

– En otros casos la representación de la Vieja de Cuaresma seguía otro patrón. A la Vieja se la figuraba como un pelele de trapo colgado en algún lugar visible del pueblo, sostiene una bacalao en la mano y un cesto de verduras. Según pasaba la Cuaresma le iban arrancando cada uno de sus siete pies, uno por cada semana transcurrida (una previa y seis propias de la Cuaresma). Se la identifica con las Infortunas medievales y la clásica estampa de la Vieja bruja, con nariz aguileña y delgada, con labios hundidos por falta de dentadura y barbilla saliente.

– La Vieja también se colocaba dentro de casa, en el balcón o en la ventana, en cualquier caso, sola o acompañada de los Judas o muñecos que representaban al Carnaval. Ambos seguían la misma suerte: antes de Cuaresma, por ejemplo, el Jueves Lardero; el Martes Gordo, día previo al Miércoles de Ceniza; o después del Carnaval, por lo general el Domingo de Pascua. La forma de morir era variada: quemados, desmenuzados cuando explotaban al prenderle las tracas y cohetes con las que estaban rellenos, desaparecidos por el aire atada a un globo, enterrados, apedreados, destrozados, fusilados, ahorcados o perseguidos.

– El 4º Domingo de Cuaresma suele estar próximo a Luna oculta.

● Cuando se perdió el sentido antiguo de la Vieja invernal, en la tradición popular cristiana la Vieja pasó a representar a la propia Cuaresma, que permitía un respiro de las austeridades en el litúrgico domingo de Laetare, «¡Alégrate!», cuando el sacerdote deja el ornamento morado para vestirse de rosado. En la tradición antigua, hacia mitad de Cuaresma, dominica in vicesima, se acentuaba el carácter ascético con los ritos y ceremonias previas a la iniciación cristiana, culminando con el bautismo del domingo de Pascua.

● El cuarto domingo de Cuaresma (o el quinto) era llamado en muchos lugares «Domingo Muerto» pues se realizaba la ceremonia de «llevarse o expulsar a la muerte», fiesta semejante a las de la Muerte del Carnaval o de Partir la Vieja. La expulsión de la muerte, sacada a los límites occidentales de la aldea, era seguida de una declaración para atraer la primavera o verano como expresión de vida. La traída era figurada por un arbolito o rama decorada y con una muñeca colgada: La Joven que renueva a la Vieja. En algunos lugares era la señal para que los chiquillos pudieran comer algunos frutos silvestres o se les permitía bañarse fuera de casa.

– En los festejos de la Europa eslava la Vieja de la Muerte se llaman Morana (o nombre parecido, Marzanna en Polonia), representada por una muñeca de paja y trapos viejos, y decorada con cáscaras de huevos vacíos. En la despedida del invierno era llevada en procesión de campesinos para ahogarla en el río, quemarla o enterrarla en tierra. En algunas comarcas Morana estaba acompañada de su marido Maroch, y antes de morir ambos se despedían con un beso.

– En Inglaterra este domingo es el Día de la Madre y antiguamente los niños obsequiaban a la madre con una barra de pan y una bebida de leche con harina, actualmente con flores y bombones. En países de Europa central era conocido como Domingo del Amor pues había costumbre de que los mozos pedían en matrimonio a sus novias, o bien los padres acudían a los casamenteros para formalizar compromisos de boda.

● En Roma el Papa bendice la Rosa de Oro, unge la joya con el crisma y la sahúma con incienso, como anticipo de la Pascua, y la regala a alguna persona de estirpe real. Al principio fue una distinción papal para los reyes cristianos distinguidos en la defensa y propagación de la fe católica. La Rosa de Oro llevaba en el centro un rubí y después un ramo de rosas de oro, dispuesto sobre un pedestal de plata dorada. Actualmente se da a instituciones ejemplares, centros marianos de peregrinación, etc. Este regalo fue instituido por León IX en 1049 a raíz de poner bajo dominio directo del Papado el monasterio de la Santa Cruz de Alsacia.

– El Domingo de Pasión es el quinto domingo de cuaresma. A partir del siglo XI comenzó la costumbre de cubrir los altares con grandes lienzos decorados o pintados con temas o instrumentos de la Pasión. En este domingo se cubrían todos los retablos e imágenes con paños morados, que se descorrían al celebrar el oficio de la Resurrección del Sábado Santo.

– Una cantinela recordaba los domingos de Cuaresma: «Ana, Badana, Rebeca, Susana, Lázaro, Ramos y en Pascua entramos». De Ana y Badana no se sabe porqué, las dos siguientes aluden a las dos mujeres bíblicas que se leen en las epístolas de esos domingos, el quinto también es llamado Domingo de Lázaro por la lectura del episodio evangélico de la resurrección de Lázaro por Jesús. En la tradición griega el sábado siguiente se recuerda la resurrección de Lázaro, que se aplicó al Domingo de Ramos, para ellos Domingo de Lázaro.

– En España el viernes anterior al Domingo de Ramos es el Viernes de Dolores o de Pasión.

– El Domingo de Ramos (Dies Palmarum) se bendicen las palmas y ramos de olivo, en recuerdo de la entrada clamorosa de Cristo en Jerusalén a lomos de un borriquillo, que en su contexto simbólico era una montura regia. La palma es emblema de victoria, los cristianos la asociaron al martirio como testimonio de la resurrección y victoria de la fe. El olivo, como árbol productor de aceite, está muy relacionado con Cristo, «Ungido».

– La festividad se celebraba en Jerusalén, según Egeria, con una solemne procesión que discurría entre el Huerto de los Olivos y la iglesia de la Resurrección. La procesión se extendió por Oriente en los siglo VI y VII, llegando a Occidente un siglo después. Los ramos bendecidos ya entonces se guardaban en las casas durante todo el año para protegerlas de epidemias y calamidades, dando lugar en algunos sitios a la costumbre de que las palmas fueran artísticamente entretejidas y colocadas en el balcón. Al principio la procesión se iniciaba en una capilla en las afueras del pueblo, y atravesando la muralla por una de las puertas se llegaba hasta la iglesia. También se acostumbraba a llevar otras ramas bendecidas en la misa del día para asperjar campos, ganado y edificios a modo de transferencia del poder sagrado de protección.

– En la tradición popular española era el día que se estrenaban ropas nuevas, «Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos».

– En Rusia es Domingo de las Mimbres porque se empleaban ramas de sauce, al ser el primer árbol que florece en esta época del año, y por sus conocidos atributos mágicos que dan fuerza, belleza y salud a los seres humanos. Al igual que las palmas, las mimbres benditas se conservaban en las casas y se las veneraba en las iglesias.

– A diferencia de la Cuaresma Católica los ortodoxos incluyen los domingos en la cuenta de cuarenta días. Comienza el «Lunes puro» de la primera semana y acaba el viernes de la sexta semana.

– Sus Domingos de Cuaresma se llaman:

1º) Fiesta del Triunfo de la Ortodoxia, en conmemoración del regreso de los iconos a las iglesias en el año 843, después de superada la herejía iconoclasta.

2º) Conmemoración de San Gregorio Palamas, por testimoniar que los hombres pueden volverse divinos por la gracia del Espíritu Santo.

3º) Veneración de la Cruz, para recordar a los hombres la redención de Cristo.

4º) Domingo de San Juan Clímaco, dedicado al autor de «La Escala del Ascenso Divino».

5º) Recuerda a Santa María Egipcíaca, la ramera arrepentida.

El día siguiente al fin de la Cuaresma, sábado de la sexta semana, es llamado Sábado de Lázaro.