PASOS Y PRUEBAS DE FUEGO
Paso del Fuego
● La pirobacia es la modalidad más intensa de contacto ígneo, caminar con los pies descalzos por encima de las brasas, como en el «Paso del Fuego» durante la medianoche de San Juan, en San Pedro Manrique (Soria), delante de la ermita de la Virgen de la Peña. Por lo general los paseantes cargan a cuestas algún familiar o amigo sobre una alfombra de ascuas de madera de roble. La ceremonia se realiza mirando hacia el poniente.
– La fiesta se relaciona además con otros motivos festivos: elección de las móndidas, comida de roscos en la dehesa, la «caballada» o alardes a caballo, la «descubierta» o circunvalación de las murallas, ofrenda a la Virgen, recitado de cuartetas, baile oficial de las autoridades, alzamiento del árbol de mayo, etc. Las móndidas son tres doncellas ataviadas con traje de fiesta rematado con un tocado en forma de cesta que contiene una rosca de pan y adornos diversos rematado por un penacho de ramitas rebozadas de harina y azafrán, llamado arbujuelo. Una conjunción de elementos festivos primaverales propios de las Ceriales (19 abril) y Paliles (21 abril) y de Primero de Mayo, trasladados a Estivadia.
– Los ritos de paso por un camino de brasas parecen proceder de los ritos chamánicos de dominio del fuego y su práctica se halla muy extendida por todo el mundo, aunque casi siempre en grupos cerrados. En realidad cualquier persona puede hacerlo, bajo ciertas condiciones físicas y psíquicas: mantener un ritmo de paso continuo sin parada, contactos muy breves, no arrastrar partículas, pisada firme, sin miedo ni duda.
● En el mundo romano los «Lobos de Sorano» (Hirpi Sorani), sacerdotes del templo circular del dios Sorano, adorado en el monte falisco de Soracte (Lacio), así llamados porque durante su iniciación pasaban una etapa de imitación de los lobos, viviendo de la rapiña. Celebraban una fiesta durante Estivadia en el bosque, que incluía el andar descalzos sobre brasas de madera de pino, portando los restos sangrientos de los animales descuartizados ofrecidos en sacrificio. En cuanto dios solar, Sorano acabó siendo asimilado a Apolo. Los hirpinos, una rama tribal de los sabinos, derivan su nombre por su relación mítica con el lobo, pues Sorano era un Sol nocturno (Dispiter), en relación con el inframundo, un Guardián del Umbral, que protegía la entrada a una cueva. La provocación de trances extáticos puede ser peligrosa, pues se olvidan todas las facultades racionales y morales de nuestros habituales estados de consciencia convencional, aunque con la práctica se llegan a imbricar ambos estados.
– En Capena a los pies del monte Soracte se encontraba el templo principal de la diosa sabina Feronia, pareja de Sorano, más tarde asimilada a Proserpina. Sus santuarios eran recintos naturales de culto en lugares agrestes, a ser posible con la típica disposición de: árboles, fuente y cueva.
– La tradición milagrera del monte Soracte continuó en época cristiana, con el nombre de «monte de San Silvestre». San Nonoso (565) (02 septiembre), fue un monje que soportaba sin rechistar las iras de su abad, a quien finalmente logró apaciguar, sucediéndolo en el cargo. En uno de los milagros, transmitidos por San Gregorio Magno, consiguió con sus oraciones trasladar de un lugar a otro un peñasco grandísimo para poder construir un huerto en el monasterio del monte Soracte.
● Aunque no existe un patrón cristiano de los caminantes del fuego, según un relato legendario San Tiburcio de Roma (11 agosto), discípulo de San Sebastián, en su martirio fue obligado a caminar sobre las brasas, lo cual realizó con toda tranquilidad sin chamuscarse y así es representado en su icono, después lo decapitaron.
● En cinco aldeas del norte de Grecia, pobladas por descendientes de refugiados tracios en 1920, se celebra la Anastenaria (21 mayo), un antiguo ritual en el que varones y mujeres pasean descalzos sobre las brasas formando una cruz al caminar, primero en una dirección y luego en perpendicular. El paso de las brasas se explica como recuerdo del rescate de unos iconos de una iglesia dedicada al emperador romano «San» Constantino y a su madre Santa Elena, incendiada en 1250, aunque parece ser que su origen es más antiguo, procedente de los cultos de Dioniso. La preparación del rito incluye la bendición con agua sagrada y el sacrificio de algunos animales. Los participantes danzan, parecen entrar en trance y la caminata sobre las ascuas se realiza portando los iconos de los santos.
– El mismo ritual se practica en seis pueblos de los montes Strandzha del sudeste de Bulgaria, que aquí se llama Nestinarstvo, y nestinari a los caminantes, o mejor danzantes porque bailan sobre las ascuas, a veces los trances se agudizan y los danzantes del fuego exclaman profecías.
● En el resto del mundo se conoce su práctica entre: los tamiles shivaitas de India, en el festival Teemeethi, junto a otras pruebas faquíricas; isleños de Fidji, en el ritual de Vila vila i revo, «saltar al horno», sobre piedras calientes; budismo «mágico» de los monjes yamabushi del monte Takao en Japón, en la práctica de o-hi watari-sai del Shugendo o Vía de los Poderes.
Pruebas de Fuego
● En coincidencia con Estivadia, por estas fechas se destacan las virtudes ígneas de los milagros. De San Guillermo de Vercelli (hoy, 25 junio) se cuenta que los nobles de la corte de Palermo quisieron probar su virtud, enviándole a la inevitable mujer tentadora. El abad, aparentando haber sido seducido, invitó a la cortesana a compartir su cama. Pero la bella quedó aterrorizada cuando descubrió que el monje se había tumbado sobre un lecho de tizones encendidos. Tal horror llevó a la dama a su conversión a la vida religiosa, consagrándose con tal ahínco que llegó a ser la abadesa Beata Inés de Venosa (01 septiembre).
– Esta hazaña ascética era usada como ordalía para exhibir el poder material sobre el fuego, al igual que ocurría con los antiguos hechiceros y chamanes, aunque en sentido cristiano este milagro, añadido a las leyendas de muchos santos, sirve más bien de alegoría para demostrar el dominio espiritual que han logrado sobre el ardor de las pasiones, que no supone la negación o la extirpación de los sentimientos, sino la reconducción e integración de las emociones en la vía mística.
– En este sentido, uno de los episodios más famosos de esta capacidad se cuenta de Santo Tomás de Aquino, a quien también le introdujeron en su celda una mujer tentadora, pero ésta salió huyendo, después de contemplar como el fraile dominico cogía un tizón de la chimenea y lo mantenía impertérrito en la mano. Después de aquello, Santo Tomás quedó inmune ante las tentaciones de lujuria, al serle ceñido por los ángeles un imaginario cinturón incandescente.
– De otros santos se cuenta que fueron calumniados y tuvieron que mostrar su inocencia a base de milagros, por ejemplo San Bricio (13 noviembre) (447), un discípulo de San Martín de Tours, que en juventud se hizo célebre por su bromas y gamberradas, llegó a ser el sucesor de su maestro como obispo de Tours, cambiando radicalmente su actitud ante el nuevo cargo. Pero su fama previa hizo que fuera acusado de dejar embarazada a una monja, por lo lo que tuvo que hacer hablar al neonato para que negara su paternidad, pero esto fue entendido por la gente como una hechicería y de nuevo tuvo que pobrar su inocencia tomando unas brasas que colocó en en el regazo de su vestimenta y se dirigió a la tumba de San Martín, dejando los carbones y mostrando la ropa indemne. Es abogado de los acusados injustamente, los perseguidos y los condenados a muerte
● Mañana se celebra a otro santo ermitaño ardiente, San David de Tesalónica (450-540) (26 junio), instalado en las proximidades de Tesalónica donde habitó sobre un almendro y después en una cueva. En presencia del emperador Justiniano mantuvo en la mano carbones encendidos sin quemarse. Cerca del final de su vida, una noche mientras vigilaban desde las murallas de la ciudad por miedo a las incursiones y pillajes de los bárbaros, los guardias vieron a lo lejos como la cueva de David ardía rodeada de fuego y creyeron que la habían incendiado los enemigos. A la mañana siguiente encontraron al anciano ileso y la gruta intacta. El milagro se repitió todas la noches hasta la muerte del eremita.
● Ayer (24 junio) también se recordó a San Simplicio de Autún (375), descendiente de una familia galo-romana, se casó, aunque ambos esposos decidieron mantener una relación casta. Cuando lo nombraron obispo de Autún, la gente se escandalizó de que viviera emparejado, así que ambos esposos se sometieron a una prueba de fuego: tomaron carbones encendidos y los sostuvieron durante una hora en un pliegue de sus túnicas, sin que les ocurriera nada a sus cuerpos y sus ropas.
– En otra ocasión se celebraba la fiesta de la diosa Berecintia, durante la cual la estatua divina era llevada en procesión para bendecir los campos y en cuyo desarrollo se incluían tumultuosas orgías. Naturalmente el santo cristiano neutralizó los festejos derribando la imagen e inmovilizando los bueyes que tiraban del carro. Aunque no consta la fecha, bien podría ser cercana a Estivadia o mediados de Primavera. Los trasvases de las procesiones y rogativas de los dioses paganos a los santos y Vírgenes fueron frecuentes.
San Guillermo
– Guillermo (Wilhelm) es nombre germánico de will, «voluntad», y helm, «yelmo», con el sentido de «protector decidido». De entre los muchos santos de este nombre destacamos a peregrinos y monjes eremitas:
● El abad italiano San Guillermo de Vercelli (1085-1142) comenzó su carrera religiosa como monje benedictino, pero su espíritu giróvago lo llevó a peregrinar a Santiago y Tierra Santa. Después se retiró en las cuevas de Monte Vergine o Virgine, «Monte de la Virgen», cerca de Nápoles, donde practicó un ascetismo muy riguroso y extenuante. Luego recorrió buena parte de Italia fundando monasterios dobles.
– Monte Vergine es la versión cristiana del antiguo sagrado monte Partenio, dedicado a la virginidad de la madre de los dioses. También fue llamado monte Virgiliano porque se creyó que allí Virgilio había recibido el oráculo de las Sibilas. Una leyenda afirma que el lugar fue cristianizado por San Vitaliano de Capua (669) (16 julio). De la abadía benedictina de Monte Vergine proceden las ampollas de la sangre de San Jenaro.
– San Guillermo de Vercelli forma parte del movimiento reformador del monacato en el sur de Italia en un sentido muy rigorista. Tuvo como maestro espiritual a San Juan de Matera (1070-1139) (20 junio), fundador de la congregación de Pulsano, cerca del monte Gargano. Una característica de estos grupos benedictinos es que redescubrieron el eremitismo practicado después de un tiempo de vida cenobítica, al revés de lo habitual en Occidente, pero bastante normal en el monacato oriental.
● San Guillermo Firmato (1103) (24 abril), clérigo que estudió medicina para socorrer a la gente gratis, pero acabó de ermitaño en Concise, cerca de Laval (País del Loira). Como a su tocayo de Vercelli se le atribuye un milagro de sostener un tizón en la mano para sorprender a una mujer lasciva que quería probar su castidad. Fue peregrino a Tierra Santa siendo guiado por un cuervo.
● Otro representante de esta misma tendencia en esa época es San Guillermo de Malavalle (1157) (10 febrero), peregrino, y luego fundador de una congregación de ermitaños en Malavalle (Toscana).
● San Guillermo de Gelona o de Aquitania (750-812) (28 mayo), nieto de Carlos Martel, antes ser monje, fue duque de Aquitania y conde de Toulouse, conocido con el apodo de «El Chato» y en la leyenda como Fierabrás («Brazo fiero»), por su luchas victoriosas contra los musulmanes, lo que no impidió que se casara con una princesa sarracena. El recuerdo de sus hazañas guerreras se conserva en el héroe del ciclo épico de Guillermo de Orange. Cuando enviudó aprendió la vida ascética con San Benito de Aniano y después se retiró al monasterio que él mismo había fundado en Gelona, en la ruta tolosana del Camino jacobeo. Ingresó como hermano lego y trabajó de cocinero.
● San Guillermo de Hirschau (1091) (05 julio), fue un monje criado en el monasterio de San Emerano de Ratisbona, cuya vida se divide en dos etapas. De joven se dedicó al estudio de la ciencia, destacando en astronomía, él mismo construía muchos de los instrumentos y aparatos que necesitaba para la observación del cielo. En su época llamó mucho la atención su forja y ensamblaje de un reloj que marcaba los movimientos del hemisferio celeste. Enseñó un método sencillo de descubrir los equinoccios y los solsticios y el estado del mundo en cualquier momento dado. En música fue uno de los mayores propagadores de la nueva notación de la gama musical de Guido de Arezzo.
– La segunda etapa de su vida comienza cuando es nombrado abad de Hirschau, en la Selva Negra, y dedica todos sus esfuerzos a la reforma monástica propugnada por el papa Gregorio VII. Muy rigorista y minucioso, elabora una síntesis de las costumbres benedictinas en la cual ningún detalle de vida del monje queda al azar, hasta la más mínima postura corporal quedaba reglamentada. Cualquier falta era severamente castigada. Pero, como ocurría entre los muy severos abades del primitivo monacato irlandés, estos escrúpulos a menudo se veían dulcificados por tiernos gestos, como cuando mandó esparcir grano en torno a la abadía para poder alimentar a los pájaros en un invierno muy crudo.
● San Guillermo de Fenoli (1065-1120) (19 diciembre), ermitaño primero y luego lego cartujo en Casularum (Lombardía), se hizo famoso por su capacidad extática.
● San Guillermo de Windberg o de los Peregrinos (siglo XII) (08 junio), ermitaño establecido en Windberg (Baviera) desde donde partía y regresaba de múltiples peregrinaciones. Obtuvo fama de adivino y taumaturgo. Sobre su tumba se construyó una capilla y un monasterio premonstratense.