16 Agosto: El Perro de San Roque

Eris in peste patronus

● San Roque (1329-1369) (hoy, 16 agosto) es un santo canicular, cuyo culto se extendió por Europa, debido a que como peregrino sanador fue invocado para la curación de la peste, supliendo en gran parte a San Sebastián en esta función. Es un santo enigmático cuya leyenda, surgida en el siglo de la Gran Peste Negra, fue escrita en Lombardía un siglo después de su muerte.

– Natural de Montpellier, a los veinte años partió como peregrino a Roma y se topó en el camino con la epidemia de la peste. Consiguió gran fama como curador espiritual y tras quedar disuadido de seguir su peregrinaje hasta Tierra Santa, se quedó en Italia ayudando a los apestados. Hasta que él mismo se vio afectado por la enfermedad y, retirado en el campo de Piacenza, a orillas del Po, fue cuidado por un perro que cada día le llevaba un trozo de pan y le lamía las úlceras de la pierna. El que el perro de San Roque no tuviera rabo no consta en la leyenda.

– Cuando se recuperó de las llagas y sanó de la peste, partió hacia Santiago de Compostela acompañado por su fiel animal. Al regresar a su tierra natal fue acusado de espionaje y apresado, sin revelar quien era, hasta que murió cinco años después. En otra versión la prisión y muerte ocurrieron en Voghera (Lombardía). Cuando se supo su verdadera identidad, su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación.

● San Roque formó parte del grupo de los Catorce Santos Auxiliadores y surgieron varios centros de peregrinación con su nombre en diversos lugares de Europa, con especial arraigo en Venecia, donde llegaron sus restos, robados en Montpellier y donde se construyó la iglesia de San Rocco. En el centro de Francia se bendecían hoy un ramillete de «hierbas de la peste» que después se colgaban en las puertas de los establos para proteger al ganado de las enfermedades. Con la difusión de su culto, se amplió el espectro de su capacidad protectora ante cualquier plaga o desastre colectivo, incluso de los cultivos. «¡San Roque, San Roque!, si viene la peste, que no nos toque».

– Su icono lo presenta con sombrero de peregrino, manto a media pierna, en su honor llamado «roquete de peregrino», mostrando un bubón de apestado en el muslo, en la mano el bordón del que cuelga la calabaza, un rosario en la cintura y sobre el pecho, una venera jacobea o bien las llaves de San Pedro de los romeros. El perro acompañante remite al emblema de la Canícula, en esta época estival propicia a la extensión de epidemias y pestes. Aquí se presenta en su aspecto curativo, recordemos el perro de Asclepio, el dios sanador.

– Para unos, su nombre es germánico, hroc, «grito de guerra, bramido», aunque muy influido por el latín «roca». Otros piensan que procede del apellido Roch o Rog, portado por algunas familias catalanas de Montpellier, supuesto lugar de nacimiento y muerte de San Roque, en esa época perteneciente al reino de Aragón. En este caso procedería del latín rubeus, «rojo». Se decía que el santo tenía una mancha rojiza en el pecho en forma de cruz, señal que sirvió para que sus familiares lo reconocieran tras su muerte. Esto lo asimila aún más al Perro Rojo del verano (estrella Sirio). De hecho al perro de Roque le dieron el nombre de Melampo y también el de Guinefort, el perro canicular asociado al santo sanador.

● El tema de la ayuda de los animales a los ermitaños es más amplio, y en concreto el del perro que alimenta al santo ya estaba presente en la hagiografía del ermitaño San Franco de Aserigo (o Assergi, 1275) (05 junio), aunque otros creen que era un lobo, o una osa.

● A causa del pecado original surge la idea típica de la simbología cristiana de que todas las personas estamos «enfermas», y debemos peregrinar por este mundo para encontrar la salud espiritual. El tema de cicatrizar la herida primigenia también aparece en la tradición hermética, una figura ligada a la herida del muslo y el perro acompañante aparece en el Loco de la primera carta del Tarot.

El Loco

– La herida en el muslo no señala sólo al bubón pestífero. En muchos casos se refiere en sentido sexual a una feminización de un dios o un rey, así Zeus desgarró su muslo para convertirlo en útero y gestar a Dioniso. Algunos héroes griegos guerreros como Hércules, Télefo y Ulises presentaban cicatrices de heridas de combate en el muslo.

– La herida en el muslo del Rey Pescador del ciclo de la Busca del Santo Grial lleva a la pobreza y esterilidad de todo el reino, y sólo curándola pueden resurgir la fecundidad y la riqueza. En muchos iconos los santos o los héroes al mostrar la herida, no solo se recogen la túnica, también señalan la «entrepierna», de forma discreta, como si obviaran los genitales y aludieran a que una de las peores consecuencias de las enfermedades es el sentimiento de impotencia.

La herida del Rey pescador

● San Colmán o Colomán (1002) (13 octubre), también invocado contra la peste. Era un peregrino irlandés que a su paso por Stockerau, cerca de Viena, fue confundido con un bandido bohemio y lo ahorcaron en un árbol seco. Al cabo de un año colgado el cuerpo muerto se mantenía incorrupto y el árbol había reverdecido, signos ambos de santidad. Sus reliquias fueron llevadas al monasterio de Melk.

● Otro santo peregrino y apestado fue San Macario de Antioquía o de Gante (950-1012) (10 abril), un armenio enviado junto a su tío, arzobispo de Antioquía, a quien sucedería. Más tarde renunció a su sede y se retiró a Palestina ejerciendo como maestro espiritual milagrero. Una extensión de su leyenda dice que peregrinó a Europa, instalándose entre los monjes de San Bavón de Gante, donde se hizo famoso por los milagros que realizaba con su bendición episcopal y su cruz. Murió infectado por la peste, tras dedicarse a ayudar a los enfermos. Se le invoca para abrir puertas con cerraduras bloqueadas.

● Los carmelitas San Avertano y San Romeo (ambos 25 febrero) eran tan dados a las romerías que a uno de ellos lo llamaron de apodo Romeo (= «Romero»). Murieron en Lucca contagiados de la peste negra en 1380.

● En la Iglesia Ortodoxa el protector contra la peste es el mártir legendario San Caralampio de Magnesia (cerca de Éfeso) (o Kharalampo, Aralambo, 10 febrero), un soldado de quien sólo se sabe que en su martirio tuvo compasión de su verdugo y soportó con tanta placidez las crueles torturas a que fue sometido, que se le empezó a invocar en todas las enfermedades dolorosas y epidémicas. En Rumanía alcanzó amplio arraigo entre las mujeres y era representado en la pintura popular sobre vidrio, donde el santo se enfrenta a la peste, figurada por un animal salvaje o una mujer diabólica atada por una cadena a la orilla de un río, portando una guadaña.

– En España fue muy rezada la oración de San Benito, contra las brujas, impresa en una hoja de papel, en cuyo reverso se añadía la de San Caralampio, contra la peste. A principios del siglo XIX se extendió una epidemia de peste en el sudeste español y para protegerse de ella se encomendó al habitual protector San Roque, pero como éste se mostró impotente para atajarla, se recurrió a este santo oriental casi desconocido que se mostró eficaz y adquirió una fama efímera. Su poder se extendió a la lucha contra el mal de ojo y otras artimañas brujeriles y la oración impresa en hojas de pliego de cordel, llamadas dóminas o nóminas, se metían en escapularios a modo amuleto y se vendían con su correspondiente identificación personal y fecha de caducidad, a partir de la cual las plegarias perdían su eficacia.

– En Galicia es llamado San Campio y en su santuario de Feigueró (Pontevedra) cura el meigallo o embrujamiento y el ramo cativo o posesión diabólica. En Valladares (Pontevedra) su estatua lo muestra acostado en una cama. En Melide (La Coruña) se celebra una fiesta del vino en su honor a mediados de septiembre, con lo cual se le conoció como patrono de borrachos. Su capilla más famosa es la de La Toja (Pontevedra), recubierta de vieiras. En Outes (La Coruña) la romería de San Campio se relacionaba con el fin de la pubertad femenina y los compromisos matrimoniales. Los romeros se lavan caras y manos en la fuente y golpean la cabeza contra una piedra, luego dan nueve vueltas al crucero del atrio: seis en un sentido y tres en el otro.

● También algunas vírgenes están ligadas a la Peste Negra. Se dice que el obispo San Rómulo de Fiésole (06 julio), un supuesto discípulo de San Pedro, huyó de su sede episcopal durante una persecución de Nerón con una imagen de la Virgen María, pintada por San Lucas, y que enterró durante una persecución. Al cabo de muchos años fue descubierta y se veneró en la iglesia de Santa María de Impruneta, cerca de Florencia, probablemente levantada sobre un santuario etrusco. La tabla pintada es fechada hacia 1200 y fue muy restaurada en 1758. El icono era sacado en procesión cada vez que ocurría un desastre en Florencia, la salida más recordada fue durante la Gran Peste Negra de 1348. La fiesta de Madonna de Impruneta es celebrada el 03 enero.

– Al igual que San Roque, en la iconografía muchos santos se levantan el hábito para mostrarnos su herida abierta.

● Beato Santos de Urbino (1343-1390) (14 agosto), en su juventud hirió fatalmente en una pierna a un pariente ofensor. Aterrorizado por su acto se metió a lego franciscano. Encargado de la cocina y de la huerta del convento de Scotaneto en Pésaro se hizo famoso por sus milagros culinarios y agrícolas. Una llaga le surgió y se mantuvo en el mismo lugar de la pierna en donde había matado a su adversario. También es conocido por el conocido milagro de domeñar a un lobo que había matado a su burro.

● Santa Liduvina (1380-1433) (14 abril), una muchacha holandesa de 15 años sufrió un accidente mientras patinaba y al caer se rompió una costilla. Ya no se levantaría más de la cama, con una sucesión inagotable de úlceras, llagas y toda clase de males, que nunca obtenían curación.

● San Camilo de Lelis (1550-1614) (14 julio), italiano de la época contrarreformista, es patrón de los jugadores de azar rehabilitados. Pero también, junto a San Juan de Dios, es co-patrón de los enfermos y de los hospitales.

– Camilo era un soldado mercenario de aspecto hercúleo, muy aficionado a los juegos de naipes, en cuyas apuestas llegó a perder hasta la camisa. Pero una llaga en la pierna, de extraño comportamiento y que nunca se le curó, le obligaba a pasar por el hospital a menudo. Tuvo su conversión religiosa a los 25 años de edad, y con la oposición de su director espiritual San Felipe Neri, comenzó sus labores como enfermero y fundador de hospitales en Roma y otras ciudades italianas. El permiso celeste para confirmar la obra que estaba realizando, llegó cuando un día Cristo desde un crucifijo le dijo: «Es obra mía».

– La insignia de la congregación era una cruz roja sobre el pecho y como además organizó la asistencia sanitaria a un ejército en campaña, se le considera un antecedente de la Cruz Roja. Una de las consignas de los hermanos era no rehuir nunca la asistencia a un enfermo, incluso en caso de enfermedades infecciosas. Además atendían a encarcelados y moribundos, pues Camilo creía que la suerte eterna del hombre se decide en la hora de la muerte, sus seguidores fueron llamados por el pueblo «Padres de la buena muerte» y «Hermanos del bello morir». Ellos se llamaban a si mismos «Orden de los Ministros de los Enfermos».

– En el antiguo mundo romano los camilos eran una especie de monaguillos, niños con ambos padres vivos, que asistían a los sacerdotes en los sacrificios y principalmente al más importante de todos: el flamen Dial. El nombre deriva de Camillus, del etrusco casmillus, «ministro» y pasó con carácter sacerdotal a algunas familias romanas.

– Entre los griegos era el nombre semejante del personaje mítico Cadmilos, padre de los Cabiros, divinidades de los ritos mistéricos del santuario de Samotracia. También era un sobrenombre de Hermes.