FÁTIMA, VIRGEN Y MANO
● Antiguamente el 13 mayo estaba dedicado a Santa María de los Mártires, para cristianizar el recuerdo de los muertos de la fiesta romana de los Lémures, que fue un antecedente de la conmemoración que más tarde se trasladó a los dos primeros días de noviembre, en las fiestas de Todos los Santos y Fieles Difuntos.
VIRGEN DE FÁTIMA
– Virgen de Fátima es la aparición mariana más famosa del siglo XX y fue muy controvertida desde el principio, por su directa vinculación con las luchas políticas e ideológicas que sacudieron ese siglo, cuando gran parte de Europa luchaba en la I Guerra Mundial. El nombre del lugar de Cova de Iría, cercano al pueblo de Fátima (Portugal), donde apareció la Virgen el 13 mayo 1917. El nombre Fátima, en su origen árabe se aplicaba a los niños y crías de animales después del destete, y aludiendo a niñas y doncellas, recordado en el célebre amuleto árabe de la «Mano de Fátima», la hija de Mahoma; otros dicen que significa «Única». Tras tres apariciones previas de ángeles, la Virgen se manifestó a tres pastorcillos, la primera sobre una encina, y luego otras cinco veces más.
– Las apariciones incluyeron algunos fenómenos luminosos, como la presencia de globos de luz. El más curioso ocurrió en la última aparición, el 13 octubre del mismo año, cuando ante miles de personas, el sol giró vertiginosamente sobre sí mismo y emitió chorros de luz irisada, en lo que se llamó la «Danza del Sol». Estos hechos se han ido reproduciendo en otros lugares de apariciones marianas. En Filipinas, otro supuesto acontecimiento curioso, en este tipo de manifestaciones, es la lluvia de pétalos de rosas.
Virgen de los Desamparados
– La devoción a Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia (11 mayo), surgió al amparo de la Cofradía que fundó un asilo y hospital de dementes, al tiempo que atendía a pobres y necesitados de ayuda. Ya en las grandes ciudades musulmanas aparecieron los maristanes o asilos de locos, que luego se ampliaron para acoger y tratar enfermos. En el Bajo Medievo, con el desarrollo de la burguesía en las ciudades europeas se empezaron a fundar establecimientos cuyo fin más inmediato era retirar a los locos y dementes de las calles para recluirlos en esos sitios de acogida, aunque más bien parecían una cárcel. Estos asilos evolucionaron hacia los hospitales.
MANO DE FÁTIMA
● La Mano de Fátima es un símbolo con forma de mano esquemática usado por musulmanes y judíos sefardíes. En árabe es jamsa, y jamésh en hebreo, en ambos casos significa «cinco». El nombre surge del gesto de extender la palma hacia al sujeto que puede aojarnos con su mirada y recitar la expresión hamsa fiaynik, «cinco en tu ojo». En la España medieval se conoció como gunza (gumça). El brazo extendido mostrando la palma enfrentada con los dedos hacia arriba, se basa en el ademán de detener a alguien o rechazar el poder del enemigo.
– Aunque al principio la figura de la mano era naturalista, más tarde se extendió el emblema de una mano simétrica: el dedo corazón en el centro; a sus lados, un poco más cortos, el anular y el índice igualados; en los extremos el pulgar y el meñique, aunque éste parece otro pulgar del mismo tamaño y algo curvados hacia afuera, de manera que en conjunto es una mano axial, sin derecha ni izquierda. A veces la palma contiene otros símbolos: ojos, inscripciones religiosas, estrellas de David, etc. En ocasiones, como en los jarrones de la Alhambra, también se dibuja el antebrazo.
– Se suele emplear como amuleto (adorno en pendientes o colgantes), visible en las puertas de las casas (a veces como aldabón), en platos y jarras de cerámica para proteger la comida y la bebida de los malos espíritus, etc. Al ser una mano que muestra la palma hacia adelante con los dedos hacia arriba es básicamente un talismán de protección, para demostrar poder y firmeza y detener los influjos negativos en general y del mal de ojo en particular. En un sentido más genérico simboliza providencia divina, generosidad, hospitalidad y poderío.
● Los antiguos creían que los ojos emiten influjos capaces de atrapar la voluntad de las personas. La fascinación por la mirada es creencia de carácter casi universal documentada en el Antiguo Egipto y en las culturas del Creciente Fértil. En la mayoría de las culturas se considera que el mal de ojo procede de la envidia, palabra relacionada con visión (in-vidia). En el Corán, Mahoma señala y admite la creencia en el mal de ojo (ayn), y las tradiciones reconocen que aceptaba el uso de talismanes y tatuajes para preservarse de la mirada envidiosa. Fátima (605-632), hija predilecta de Mahoma y esposa de Alí, cuarto califa y primer Imán de los chiitas, es motivo de inspiración para los musulmanes.
Presente desde el Paleolítico, ya aparecen las manos pintadas en las cuevas, tanto en positivo como en negativo o silueta, quizá indicando diversas funciones: repelentes de males, señal de posesión y propiedad sobre un lugar, zona de contacto con los dioses. En general la mano encarna las idea de protección, autoridad, poder y fuerza; todavía decimos de alguien que «tiene buena mano», para indicar su influencia y capacidad.
– La Mano de Inanna o de Ishtar fue usada por los pueblos que se asentaron en Mesopotamia, principalmente sumerios y acadios, como talismán contra las enfermedades. La Mano Pantea o Mano de Todos los Dioses fue un amuleto egipcio conocido como «Dos dedos», en alusión a Isis y Osiris, usado para invocar a los espíritus protectores de los padres. Otros símbolos quiromorfos (= forma de mano) son: la Mano de Venus (o Afrodita) en el mundo romano; los mudras o gestos de meditación del hinduismo y el budismo, en especial la mano sin-miedo de Buda o Shiva, con la palma expuesta al frente; o la Diestra de Dios (Dextera Dei) empleada como símbolo del poder divino por los cristianos, que suele aparecer en el cielo entre las nubes con gesto de bendición.
– En las entradas de algunos recintos de la Alhambra y el Generalife de Granada la Mano de Poder, a menudo se acompaña de la Llave del Paraíso, o para realzar su potencia, pues muchos de los cometidos mágicos de las llaves son similares al de los gestos profilácticos manuales. En el mundo islámico la Mano de Fátima aparecía con frecuencia en tinajas, jarras y platos, y también era muy abundante su presencia como amuletos y joyas.
● El origen más cercano de la Mano de Fátima se relaciona con la cultura cananeo-púnica, donde la mano de Tanit se empleaba contra el mal de ojo, que luego fue asumida por los bereberes norteafricanos como amuleto, y más tarde como Mano de Miriam, hermana de Moisés y Aarón, se encuentra en la iconografía judía. Las características que se le atribuyen no son más que un intento de islamizar o judaizar creencias ancestrales.
La Higa o Mano de Diosa
– Otra figura apotropaica de la mano contra el mal de ojo es la higa, una mano cerrada sobre sí misma en forma de puño, con el pulgar sobresaliendo entre los dedos índice y corazón, una conocida alegoría de la cópula sexual. Dado que todo objeto capaz de atraer con fuerza la mirada puede desviar los malos rayos oculares de la envidia o de la fascinación, se recurrió a potentes figuras como el falo o sus simulacros evocadores, como profilaxis para conseguir despistar los influjos perjudiciales a los que nos vemos expuestos a diario.
– En España se ha usado mucho como amuleto, generalmente en azabache («mano negra»), aunque también en coral y cristal de roca. En la Edad Media el falo romano (fascinum) fue sustituido por la higa para la protección mágica de los niños contra el «mal de ojo», envidia y hechizos en general. Desde el siglo XV el principal centro proveedor de higas (figas, en gallego) fue Santiago de Compostela.
– Como gesto de protección fue también llamado «hacer la puñeta». Modernamente este tipo de gestos ha perdido su sentido mágico y han quedado sólo como burla, desprecio o insulto obsceno.