DIOSA DEL LABERINTO
Ariadna

● En la Creta minoica, parece que por estas fechas, el Rey (= Minos) en cuanto encarnación del «Toro» se acercaba al santuario a rendir una visita a la Diosa, representada por la suprema sacerdotisa, en su advocación de «Vaca», para renovar el ciclo anual en particular, y la vida en general, recordando el acto primordial de la creación del mundo. De estas uniones surgían cuatro hijas (Ariadna, Fedra, Acacalis, Xenodic) y cuatro hijos (Glauco, Catreo, Deucalión, Androgeo) que representan a las cuatro estaciones y los cuatro días hitos del año. Incluso la división cuatripartita de la sociedad cretense (diferente a la tripartita de los indo-europeos) parece aludir al mismo principio en relación a los cuadrantes del cielo y el año.
– Se especula que Ariadna era la sacerdotisa que durante el año nuevo otoñal, cuando las aves emigrantes iniciaban su viaje al sur, dirigía la Danza de la Grulla, en la cual los bailarines mediante líneas espirales trazaban las órbitas del sol y de la luna, alrededor de un altar de cuernos. Los muchos giros, rodeos y revueltas de la danza se ejecutaban recorriendo un Laberinto, cuyo sinuoso recorrido posiblemente estaba dibujado o inscrito en el suelo del patio. Hesíodo recuerda que el paso de las grullas migrantes trae la señal de la labranza y marca la estación del otoño lluvioso. Ejecuciones corales semejantes de carácter agrario y funerario se bailaban en otras partes de Grecia, danzas de tipo conga o de la serpiente, de la lechuza, del león, etc. En Delos la danza de la grulla se ejecutaba alrededor del templo de Apolo y allí se ha encontrado una estela, de hacia el 300 a.C., dedicada a Dioniso que representaba a una grulla sobre un falo. Un juego practicado en las fiestas dionisíacas invernales era el askoliasmos, consistente en saltar a la pata coja, imitando la costumbre de las grullas de mantenerse en pie con una sola pata.
– En Creta la diosa equivalente a Ariadna era la patrona de las tejedoras, curiosamente su nombre griego Ari-adné, «santísima, purísima», posible eufemismo de «muy salvaje, indómita», también está relacionado por homofonía con «araña», arajné.
● En la versión griega del mito, Ariadna es hija del rey cretense Minos, y desdichada amante de Teseo, a quien dio el hilo conductor para que se orientase en el Laberinto de Creta y derrotase al Minotauro (Toro Minos = Rey Toro). Este tema parece aludir a la conquista por parte de los aqueos de la civilización minoica.
● Existe la mártir frigia Santa Ariadna (17 septiembre), aunque a veces el nombre se translitera en Ariana o Adriana. Poco se sabe de ella, salvo que se negó a participar en los ritos del culto de Cibeles y en su huida quedó encerrada para siempre en el interior de una montaña al estilo de Santa Tecla, casi podríamos decir que quedó fijada en el centro del laberinto.
Laberintos

[Si se mira la figura con fijeza, aparecen varias ilusiones ópticas]
● En Creta, su patria original, la palabra laberinto alude a una cueva con múltiples recovecos o un conjunto de galerias subterráneas donde se ejecutaban las iniciaciones religiosas. Pasar una noche encerrado en completa soledad y silencio, sobre todo tras una preparación ascética (ayuno, oraciones, ejercicios) tiene un potente efecto de inducir un trance, vivido como presencia de visión espiritual.
● Los laberintos se clasifican por su forma y según la relación entre entrada, centro y salida.
– En su faceta ritual el laberinto primitivo no era una maraña para perderse por un itinerario confuso, sino un recorrido continuo con muchos repliegues que conduce al centro y que ha de desandarse siguiendo el mismo trayecto, hasta salir por la misma puerta por donde se entró. Son laberintos univiarios, de una única vía. Nadie que entre en él puede perderse, pues no hay sendas alternativas, ni bifurcaciones, ni encrucijadas.
– Actualmente el laberinto se entiende más bien con la idea de pasillos con múltiples revueltas, encrucijadas y vías muertas, de manera que una vez adentrado es difícil saber por donde se va y encontrar la salida. Son los laberintos multiviarios, de muchos pasillos. Surgieron en el Medievo y se extendieron en la época barroca, en especial en el diseño de jardines laberínticos. Se conocen muchas variantes. A pesar de ser más modernos, se han impuesto como modelo prototípico del laberinto, pues la mente simbólica más que recorrer una única vía, por muchas revueltas que dé, parece seguir un camino indefinido, con múltiples encrucijadas, callejones sin salida, retrocesos y vueltas atrás, senderos cortados y muchos obstáculos; y para andarlo no tenemos ningún plano, ni mapa, que podamos consultar para llegar a la meta.
– A veces la salida es distinta a la entrada, en otros laberintos no hay un centro definido.
● Por su aspecto figurativo pueden ser cuadrados o poligonales y circulares. Se han descrito tres modelos básicos.
– El esquema común del laberinto clásico o cretense es ovoide y se estructura a partir de una cruz, de la que surgen galerias concéntricas que se disponen de manera que el lugar de llegada queda ligeramente excéntrico.
– El tipo cuadrado, muy usado en mosaicos romanos, suele ser cuadrado, para llegar al centro hay que ir pasando por cada cuarterón. Variedades de este tipo son los poligonales (hexagonal, octogonal).
– La variante redonda del laberinto cuadrado es el tipo circular, surgido en Italia durante el siglo XII. Está basado en círculos concéntricos y alcanzó su cénit en época gótica.

● El representante más famoso del tipo circular se encuentra en la nave de la catedral de Chartres. La placa de bronce del centro llevaba un diseño del combate entre Teseo y el Minotauro, que no se ha conservado. Al parecer el laberinto fue conocido con el nombre de Casa de Dédalo (Daedali Domus).
– Hacia 1701 un canónigo de la catedral mandó perforar una vidriera a una altura bien calculada para instalar una señal meridiana. A mediodía de Estivadia inciden los rayos del sol sobre una piedra especial del enlosado, justo el único día tradicional en que se retiraban las sillas de la nave y se permitía a los fieles deambular sobre el laberinto, aunque más modernamente, para desarrollar la afluencia turística, se ha ampliado la posibilidad de recorrerlo a todos los viernes de verano. Actualmente se están estudiando las posibles conexiones calendáricas de los efectos luminosos de los vitrales sobre el pavimento en general y el laberinto en particular. Se ha observado que la imagen de la Asunción de la Virgen de un vitral del pórtico occidental alcanza el centro del laberinto en la fecha de celebración de esta fiesta, hacia el 15 agosto juliano, en la época de la construcción de la catedral, que se corresponde con la actual fecha gregoriana de 22 agosto, fiesta de la coronación de Santa María como Reina de los Cielos. Otros laberintos franceses, actualmente desaparecidos, se hallaban en las catedrales de Amiens (reconstruido posteriormente), Reims, Sens y Auxerre.

● La Iglesia Católica pronto cristianizó el símbolo del laberinto incluyéndolo en sus templos, ya aparece en la iglesia de San Reparato en Chlef (Argelia), datado en 324, de tipo cuadrado. Aunque no siempre se olvidaron sus orígenes paganos, en el siglo VI en la catedral de San Martín de Lucca en la Toscana se presenta con referencias a Dédalo, Teseo y Ariadna. Pero pronto se recalcó el valor espiritual del símbolo y, además del sentido habitual de las pruebas y dificultades que las personas pasan para llegar al centro del alma, la Iglesia potenció la interpretación de caminar sobre el laberinto como sustituto del peregrinaje a Tierra Santa, en cuanto alegoría de la meta para alcanzar la cristificación; o como purgación de los pecados, más simple y lucrativo, pues la distribución de indulgencias siempre era un buen recurso para obtener dinero entre los fieles arrepentidos que recorrian el laberinto, equiparándolo al Camino de Jerusalén.
– Los laberintos no sólo se recorrían andando, también bailando. Su ligazón con la danza persistió hasta principios del siglo XVI, hay referencias a danzas litúrgicas efectuadas sobre los laberintos inscritos en el suelo de los atrios o de las criptas en las catedrales góticas durante la Pascua. El Sábado de Gloria el obispo recorría el camino danzando con un paso de tres, mientras sostenía una pelota de cuero dorada como símbolo del Cristo Sol de Justicia en su inminente resurrección. El balón era lanzado, en ida y vuelta, a los clérigos, que se mantenían en la periferia bailando en corro, mientras cantaban el himno Victimae paschali laudes, compuesto por Wipo de Borgoña (~1048). En todos los lugares, el laberinto es imagen del camino de la vida humana con los rodeos y las pruebas que hemos de seguir hasta alcanzar la meta en el centro del alma y después regresar al mundo de las pasiones con una nueva perspectiva.

● Los diseños laberínticos se encuentran por todo el mundo, aunque los más antiguos se han encontrado en la zona mediterránea. En las imágenes rupestres de Val Camonica se muestran personajes bailando en un laberinto, al igual que en jarrones etruscos de Tragliatella.
– En el ámbito popular medieval, los ingleses utilizaban laberintos de hierbas en los festivales de primavera, en Pascua de Resurrección y el día 01 mayo; y los escandinavos jugaban en laberintos de piedras que semejaban la liberación de una muchacha aprisionada en su centro y se acompañaban de «danzas de la Virgen». El tema del rescate de la doncella del interior del laberinto llega hasta la India y Extremo Oriente. En las islas Malekula del Pacífico el laberinto trazado en la arena es el «Camino», el espíritu de toda persona tiene que atravesarlo para llegar a los mundos del Más Allá y encontrar al espíritu guardián femenino de la mente intuitiva.
– El laberinto también ha sido muy usado como talismán propiciatorio. Antiguamente los pescadores escandinavos recorrían laberintos de piedra con la esperanza de controlar el clima, asegurar un feliz viaje y aumentar la pesca. A pequeña escala se usaron en sellos o en tejas para asegurar la protección.
● Los laberintos estaban asociados al Juego de Troya (Ludus Troiae) desde que se propagó la leyenda clásica de que los juegos de tablero fueron ingeniados por Palamedes, famoso porque se le atribuían diversas invenciones, entre ellas los juegos de apuestas para animar a los soldados griegos durante el sitio de Troya. Al igual que en Creta, el Juego de Troya consistía en una danza guerrera de desarrollo espiral, con espadas o bastones.