02 Septiembre: Caza del jabalí

CAZA DEL JABALÍ

San Antolín en Palencia

Pozo de San Antolín

● San Antolín (453-506) (hoy, 02 septiembre) es el patrón de Palencia, cuyos restos, escápula y húmero del brazo derecho, se conservaban en la cripta visigótica de la catedral. En el día de su fiesta se baña la paletilla en vino, dado a beber como remedio curativo y también se bebe el agua del pozo de San Antolín en la estancia prerrománica junto a la capilla subterránea. Además es patrono de Medina del Campo (Valladolid), venerado en la Colegiata de San Antolín.

– En Palencia tuvo lugar un milagro del tipo «animal-guía» que inspiró la construcción de la catedral sobre unas ruinas visigodas. En 1032 el rey Sancho III de Navarra yendo de cacería entró en una cripta donde sufrió la parálisis del brazo cuando iba a disparar un venablo a un jabalí. El monarca se dio cuenta de que estaba en lugar sagrado y arrepentido de su profanación recuperó el movimiento del brazo, al tiempo que el jabalí se volvía inexplicablemente manso, refugiado junto al sarcófago de San Antolín y una imagen de la Virgen, que más tarde los palentinos llevaron a Zamora: la Virgen de la Cinta (<08 diciembre).

– La leyenda del tema de la caza del jabalí era tan conocida, que en el siglo XI también se copió para explicar el establecimiento de una comunidad de ermitaños, que con el tiempo daría lugar a la fundación del monasterio de Santa María la Real en Aguilar de Campoo (Palencia).

– Es posible que San Antolín en Palencia sustituyera a algún santo o culto local. La cripta de San Antolín parece que fue un antiguo lugar de culto pagano, sustituido por alguna capilla paleocristiana, ya que al mismo nivel se han encontrado huellas romanas en el exterior.

● La leyenda de origen de San Antolín es muy oscura, existen varias versiones, se dijo que era San Antonino de Pamiers, un visigodo francés de la época del rey Teodorico, muerto injustamente a manos de un familiar, por eso es representado con un cuchillo clavado en el cuello. Su culto arraigó en tierras palentinas, quizá traído por monjes francos, pues surgió en las abadías de Frédelas, nombre antiguo de Pamiers (Foix), y de Saint Antonin de Rouerge, aunque la tradición atribuye al rey Wamba la llegada de sus reliquias. A su vez la devoción del San Antonino francés parece derivar del mártir legendario sirio San Antonino de Apamea (siglo IV) (hoy, 02 septiembre), cantero de profesión.

● En la catedral de Palencia se guarda una Cruz de Carne, recibida por un monje que oraba pidiendo acabar con la peste que invadía la ciudad a principios del siglo XIII. La cruz le fue entregada por un ángel, diciendo: «Recibe el signo de salvación», y tras procesionarla por la ciudad la plaga desapareció. Es pequeña, de carne cecinada cosida a un lienzo. Se la venera el 03 mayo.

● En la iglesia de la Compañía se venera a la patrona de Palencia, Virgen de la Calle (02 febrero, su advocación oficial es Virgen de las Candelas), una Virgen Negra, «La Morenilla».

Santa María la Real de Nájera

Santa María la Real de Nájera

● El «animal-guía» con frecuencia aparece en el tema de la cacería. La persecución de un animal conduce a un rey hasta un lugar sagrado. Los reyes de Navarra fueron muy aficionados a estos descubrimientos, como le ocurrió a Sancho III el Mayor en Palencia con la cripta de San Antolín, ahora repetida con su sucesor García V Sánchez en Nájera (La Rioja), entonces capital del Reino navarro.

– De la leyenda del origen del culto a Santa María la Real existen dos versiones. La primera es la más conocida. Hacia el 1040 el Rey García salió a una partida de caza de altanería, y, tras cruzar el río Najerilla, entraron en un bosque y al avistar una perdiz el monarca liberó su halcón para apresarla. Ambas aves se dirigieron a una cueva estrecha y allí se metieron. Tras descabalgar el rey, con mucha dificultad consiguió introducirse en la cueva. Una vez dentro le sorprendió una gran claridad y el olor de un aroma muy intenso. Al fondo encontró un altar sobre el que se erguía la estatua de la Virgen con el Niño en brazos. Al pie del altar encontró una campana, la lámpara encendida que iluminaba la cueva, un jarrón de azucenas de donde emanaba la grata fragancia y las dos aves, perdiz y halcón, en amigable compañía. El rey creyó encontrarse en el cielo y decidió erigir allí un templo en honor de la Virgen. De ahí surgiría el monasterio de San Benito, con su iglesia y el mausoleo de los reyes de Navarra.

– La segunda versión es igual a la primera, pero con el jabalí como animal perseguido, al igual que ocurrió con el descubrimiento de la cripta de San Antolín. Otra consecuencia del hallazgo fue la fundación de la «Orden de la Terraza», una orden de caballería, en recuerdo de la jarra de fragantes azucenas.

● En Brabante vivió San Monón de Nassogne (o Menón, 645) (18 octubre), monje escoto asesinado en su ermita del bosque de las Ardenas, representado junto a un jabalí (o cerdo) que descubre una campana bajo tierra, conocida alegoría de la llamada de las profundidades de la mente.

Caza del jabalí

Carro de Mérida

● El tema mítico de la cacería que conduce a un lugar sagrado, y la consiguiente fundación de un templo, es muy conocido en todo el mundo. Los animales guías más frecuentes son: jabalí, ciervo, toro y oso. En el siglo XI los reyes cristianos conocen una época de expansión y tratan de justificar sus fundaciones sobres bases religiosas. En el Poema de Fernán González le ocurre lo mismo al conde castellano cuando se pierde en un monte durante una cacería y llega a una ermita persiguiendo a un jabalí oculto tras el altar. El monje Pelayo le predice la victoria guerrera. A partir de ahí surgirá el monasterio de San Pedro de Arlanza. Fernán González volvería a la ermita a consultar a Pelayo, pero como el monje había muerto, obtiene la respuesta a través de un sueño, luego confirmado en otro sueño por San Millán.

– La caza del jabalí presenta un peligro potencial superior respecto a otras especies, a causa de su fiereza cuando se defiende del cazador, lo cual lo convierte en un típico animal funerario e infernal. En los mitos a menudo mata al héroe, cuyo ejemplo más conocido es Adonis. En el arte rupestre español aparecen varios ejemplos muy ilustrativos de esta caza. En algunos casos representan la victoria de los cazadores arqueros de la serranía sobre los jabalíes de Los Chaparros, del Charco del Agua Amarga y de Cueva Remigia, su superación como mortales, su triunfo sobre las fuerzas caóticas y salvajes de la Natura. Es posible incluso que los arqueros cazadores fueran figuraciones de divinidades o de héroes primordiales, al estilo de los más tardíos ejemplos de la mitología griega: Herakles con el jabalí de Erimanto en Arcadia, o Meleagro, con el jabalí de Calidón en Etolia. Se escenifica el poder de la luz sobre las tinieblas.

● En la cultura celta e ibérica es conocido el carro de Mérida (siglo IV a.C.) que representa un jinete con lanza que persigue un jabalí. El caballo porta un cencerro y otros varios cuelgan en el borde posterior del carro. La escena es completada con un perro que también persigue la presa. La leyenda se inscribe en el tema de la muerte iniciática, toda caza mata, aunque aquí se destaca la conexión con la fuerza sagrada y la revigorización.

– En otros casos parece que la caza no se refiere a actividad cinegética sino a otros motivos como pueda ser la invocación de la lluvia, pues el jabalí, en cuanto autoridad espiritual puede favorecer las condiciones climáticas que permitan el sustento y la fecundidad, a lo cual contribuyen los sonidos de las campanillas.

● En la Antigüedad las cabezas de jabalí, y especialmente sus colmillos, tuvieron carácter apotropaico, o sea de defensa mágica, aparecían expuestos junto a la puerta de las casas principales, se entregaban como ofrendas votivas y decoraban las armas.