SAGITARIO Y VÍA LÁCTEA
Constelación Sagitario o Arquero

● La constelación Sagitario situada en el borde oriental de la Vía Láctea, está representada por un centauro armado con un arco, aunque no debe ser confundida con la constelación austral llamada Centauro. El sol la recorre desde la punta de la flecha del Arquero (durante Hiberdia) hasta la grupa equina del centauro. Apunta hacia el oeste, a la estrella Larawag de Escorpión, si la flecha se elevara unos pocos grados, la punta estaría muy cerca del Centro de la Galaxia, en la anchura de la Vía Láctea, entre Sagitario, Escorpión y Serpiente. El Arquero fue asimilado por los griegos al sabio centauro Quirón, educador de héroes, hijo de la oceánida Fílira (= «Tilo») y del dios Cronos.

– En su origen mesopotámico parece que fue el dios guerrero Nergal, o tal vez Enkidu, hombre fiero, criado por animales, que fue compañero de aventuras del héroe Gilgamesh. Otros estiman que era Pabilsag, un híbrido mezcla de humano y varios animales, encargado de guiar a las almas de los muertos afortunados que pueden residir en el cielo.
– En épocas más modernas el periodo de Sagitario marcaba el tiempo de máxima intensidad de las cacerías otoñales. En algunas zonas de Andalucía esta constelación era llamada el Serón, por su parecido al doble cesto de esparto que llevaban los burros para transporte, semejante a la W, visto desde atrás. En latitudes mediterráneas es visible en verano hacia el sur.
● Su estrella más luminosa es Kaus Australis (ε-Sgr, 1.75), el extremo inferior del arco. La estrella Nunki (σ-Sgr, 2.05), que señala la mano que tensa la cuerda, fue llamada por los babilonios «Anunciadora del mar». El «mar» era la región celeste que la seguía, al oeste de la Vía Láctea, ocupada por constelaciones figuradas con seres del agua: Delfín, Acuario, Cabra-Pez, Pez Austral, Peces y Ballena.
Vía Láctea

● La Vía Láctea es nuestra Galaxia, nombre derivado del griego galaxías, de gála, gálaktos: «leche». La estrella Sol es una entre alrededor de 200 millardos de estrellas de la Galaxia local, que a su vez es una de los muchos millardos de galaxias del Universo (1 millardo = Mil millones = 1 giga = 109; en inglés es billion, que no hay que confundir con nuestro billón, que es un millón de millones). Es más visible en pleno verano. Debido a la contaminación luminosa nocturna en las ciudades cada vez es más difícil contemplarla.
– El Centro Galáctico o punto cero de las coordenadas galácticas se halla muy cerca de la punta de la flecha del Sagitario, y próximo a la eclíptica, por donde pasa Sol en Hiberdia (solsticio hibernal). A fines de primavera (~08 junio), el cruce de Sol ocurre muy cerca del ecuador galáctico, en el brazo opuesto de la Vía Láctea (longitud galáctica 180º), próximo a Elnath (β-Tau), el cuerno de Tauro. El plano eclíptico del Sistema Solar forma un ángulo de unos 63º respecto al plano de la Vía Láctea.
● La Vía Láctea o «Camino de Leche», es llamada así en relación con el mito griego de la leche derramada por Hera, cuando engañada por su marido Zeus, mientras daba de mamar al bebé Hércules, supo que no era hijo suyo, entonces separó sus pechos del crío, para dejar de amamantarlo, pues tomar la leche de la diosa lo convertía en ser divino
– Pero ya en Egipto la Vía Láctea procedía de la leche de la vaca Bat o Hathor. En la mitología egipcia existen figuras del árbol cósmico con un pecho divino (Isis, Hathor) del que mama un faraón, lo cual indica que su función nutricia quizá estuviera ligada a la Vía Láctea. Este árbol solía ser un sicómoro, del género de las higueras y por tanto exuda látex, que como indica su nombre parece leche, con cuyos higos fermentados se obtenía una bebida alcohólica, y con su madera se hacían las cajas de las momias.

● El viaje por el Camino del Cielo también se concebía como una ascenso por un árbol, representante del eje del mundo, que se recorría en espiral por la Vía Láctea hasta subir al vórtice giratorio en la cima central del universo, próxima a las estrellas circumpolares imperecederas y de la estrella polar más cercana según las épocas que va marcando la precesión de los equinoccios.
– En las tribus altaicas de Siberia el árbol, eje del mundo, es el abeto que alberga a la Diosa Madre de grandes pechos productores de la leche primordial. En un mito de los buriatos se cuenta que las mamas del árbol se desbordaron de leche, y el exceso se esparció por el cielo formando la Vía Láctea. Entre los mayas el árbol celestial (Wakah Chan) se identifica con la Vía Láctea.
– Al parecer, el árbol es el primer símbolo del eje cósmico, aunque con el paso del tiempo, también se sumaron las figuras del pilar de piedra o metal, y la escalera, cuyos peldaños indicaban 9 niveles celestes, que luego se redujeron a 7 capas, con la sistematización de las órbitas «planetarias».
● Como observamos, en cuanto Camino del Cielo, la Vía Láctea implica un lugar de paso, en un nivel elevado, donde se ha alcanzado el mundo superior, es decir, se han conseguido algunas experiencias psicológicas significativas, pero son aún insuficientes, pues todavía queda un amplio trecho que atravesar por el universo mental. Recordemos que los chamanes y los sacerdotes podían bajar por las raíces del árbol hacia el inframundo, o subir a los cielos, una vez que entran en trance. También las almas de los muertos seguían estas dos rutas, por lo general primero bajaban y luego ascendían, como hizo Jesucristo.
● El Círculo Lechoso (Kyklos Galaktikós), ha sido llamado con otros muchos nombres: Corriente del Océano celeste; Gran Serpiente de los acadios mesopotámicos y el dios Serpiente nebulosa en Centro-América, señor de los sueños; Río de Luz o de Plata entre chinos y japoneses; Camino de Santiago en la Europa de los peregrinos, con alguna variante local, Vía de Walsingham (<10 diciembre) en Gran Bretaña; Río del Cielo, a menudo asociado a los ríos locales, así Río Ganges en India, en algunos lugares de Europa se cristianizó como Río Jordán que todas las almas deben cruzar para llegar a la Gloria de Dios; Senda de las Almas en busca del centro eterno; Camino de los Dioses (o de un dios concreto) hacia el Paraíso o Palacio celeste, por ejemplo, el Valhalla vikingo; entre los bosquimanos kung de África austral era la columna vertebral del antílope primigenio que dio lugar al cielo; Costura de los dos lienzos de la tienda celeste en Siberia; Rastro o huella de cazadores o ladrones; cinturón, banda, cadena o viga del Cielo.
– En la tradición finlandesa era llamada Ruta de las Ánades (Linnunrata), en cuanto son aves emigrantes, en especial de las ocas salvajes, porque los pájaros viajaban a lo largo de ella hacia Lintutoko, su hogar en el sur, y en primavera volvían al norte (Pohjola). Los pájaros introducían el alma a los humanos en el momento del nacimiento, y la retiraban tras la muerte. Ponerse la figura tallada en madera de un pájaro prevenía que el alma no se escapase durante el sueño.
– En la mitología de los vogules, en la tradición ugria del río Obi, la Vía Láctea era la senda que recorrieron dos gansos, forma de aves que adoptaron dos de los grandes dioses: El Vigilante del Mundo y su hermana Kaltes de Oro. Entre los ostiacos, dos cazadores persiguen a un alce de seis patas por la Vía Láctea y cuando consiguen alcanzarlo le cortan un par de patas, para que en el futuro sea más fácil cazarlos. De este ungulado surge la constelación del Alce (Osa Mayor).