21 Junio: Santa Orosia

SANTA OROSIA

● Santa Orosia (25 junio) es patrona de Jaca (Huesca) y del Pirineo aragonés. Cuando hacía poco tiempo que Jaca había sido nombrada sede de la corte de Aragón por el rey Sancho Ramírez y se había decidido la construcción de la futura catedral románica, surgió en 1072 la leyenda de la invención de las reliquias de Santa Orosia por revelación angélica en sueños a un pastor en aquellos parajes pirenaicos. Mientras llevaba la cabeza a Yebra de Basa y el cuerpo a Jaca, se podía escuchar como a su paso las campanas repicaban solas.

– Sancho Ramírez fomentó el cambio de la entrada del Camino de Santiago por los Pirineos centrales, pues durante los siglos IX y X se había utilizado la antigua vía militar romana del Puerto del Palo, que seguía por el Monasterio de San Pedro de Siresa hasta Berdún. Sancho Ramírez potenció el camino por Somport, algo más al este, lo cual suponía el paso obligado por la nueva capital. Las reliquias milagrosas de Santa Orosia fortalecían la importancia de Jaca y su influencia, social y religiosa, se propagaría por el Camino de Santiago.

– Más tardíamente se elaboró una versión de la leyenda mezclada con el tema de los amores del rey Don Rodrigo con la Cava y la traición del conde Don Julián, que desencadenaron la caída del reino godo y la entrada de los musulmanes en la península. Se forjó a la princesa Orosia de Bohemia, prometida de Don Rodrigo, la cual en su viaje a España sufrió martirio por despedazamiento en aquellos parajes de los Pirineos centrales, al rechazar las pretensiones eróticas de un caudillo moro. Otra versión señala que estos sucesos ocurrieron hacia el 870 con un princesa checa prometida al rey de Aragón, Fortún Garcés.

● La versión culta de la leyenda fue copiada de la hagiografía de Santa Febronia de Nísibe (también celebrada el 25 junio), con un relato parecido de cruel martirio de una joven y bella cristiana en la Mesopotamia de influencia siria, durante la época de las persecuciones de Diocleciano, aunque sus supuestas actas son muy tardías, del siglo VII, surgidas en ambientes nestorianos. En las Iglesias orientales se la conoce como «La Sufrientísima». Otra Santa Febronia de Murom (24 junio) fue una princesa rusa.

– Otro relato semejante se cuenta de Santa Centola (en los calendarios mozárabes: 02 agosto; luego 13 agosto, actualmente ha vuelto a la fecha mozárabe), huída de la persecución del padre, la torturaron cortándole los pechos y la lengua en Siero (Valdelateja), cerca del río Rudrón (Burgos), donde se la venera en una ermita prerrománica.

● Las raíces populares de Santa Orosia parecen estar en alguna advocación de la Diosa, venerada en una ermita del monte Oturia, sobre el pueblo de Yebra de Basa, allí se conserva la cabeza de Santa Orosia en un busto de plata. Al lado del santuario existe una fuente, cuyo curso genera más abajo una cascada, a cuyo amparo existen otras ermitas junto a dos cuevas, una de ellas dedicada a San Cornelio.

– Su romería conservaba algunas de las más antiguas danzas pirenaicas de paloteados, los danzantes golpean palos de boj al ritmo del chiflo, flauta forrada con piel de culebra, y del chicoten, un arpa hueca cuyas cuerdas se tañen con baquetas. También en la procesión de Jaca van danzantes de castañuelas, ataviados con trajes aderezados con pañuelos de seda cruzados sobre el pecho y sombreros de cintas multicolores y llevando un clavel en la boca durante todo el recorrido, asi como danzantes de paloteado. Estas danzas de palos fueron muy frecuentes en Estivadia, por las mismas fechas los «niños danzantes» de Fuentelcésped (Burgos) la bailan ante la Virgen de la Nava.

– La etimología popular relaciona el nombre de Orosia con «oro», los eruditos con el griego orós, «monte», aunque también se escribió con el híbrido Eurosia, «Buena rosa», en alusión a la sangre martirial.

● La mismísima Santa Elena, madre de Constantino, fue añadida a otra leyenda semejante, pues también andó perdida por los Pirineos del Alto Aragón, cuando huyendo de los infieles buscó refugio en una cueva, quedando en breve tiempo tapada la entrada por una telaraña, lo cual la libró de ser capturada por sus perseguidores. Allí se levantaría una ermita, por encima del río Gállego, lugar donde surge una fuente cuyas aguas se precipitan en una cascada desde la explanada del templo. Como el caudal de la fuente es intermitente, la gente cree en presagios variables según salga poca o mucha agua. En los alrededores de la Ermita de Santa Elena (Biescas) existieron dos dólmenes. Esta Santa Elena es casamentera, ayudando a San Antonio de Padua, patrón de Biescas, en las tareas celestinescas de emparejamiento.

Santa Orosia exorcista

● En su capilla de la catedral de Jaca la santa destacó como exorcista, librando a muchos endemoniados y «espirituados» de sus rebeldes huéspedes. A los posesos, en su mayoría mujeres, se les anudaba cintas de colores en los dedos y eran colocados detrás de una urna, durante el recorrido de la procesión iba aumentando la tensión hasta llegar al paroxismo cuando el enfermo se situaba bajo las andas. En pleno ataque nervioso si lograba romper los nudos de los dedos, se consideraba que la santa había logrado expulsar los demonios del cuerpo. En otras ocasiones se dejaba al espirituado toda la noche a oscuras. A la mañana siguiente, cada nudo desatado indicaba la salida de un demonio del cuerpo del paciente, es decir quedaban desligados de su influencia.

– Santa Orosia también vigilaba a los demonios del aire, provocadores de catástrofes naturales o atmosféricas en el inicio estival. Estas funciones las cumplió hasta 1947, año en que estas prácticas fueron prohibidas por las consabidas autoridades competentes, pues las mentes modernas ya no conciben tamañas supercherías, ahora se prefiere atiborrar a los pacientes con fármacos atontantes.

● Alrededor de Estivadia (23 y 24 junio) también tiene lugar la romería gallega de la Virgen del Corpiño en Lalín (Pontevedra) que hasta hace poco estuvo especializada en la curación de trastornos mentales, antes atribuidos al meigallo o el «ramo cautivo», males debidos al aojamiento o las maldiciones de las meigas. La terapia consistía en hisopazos y azotes con rosarios. Con el auge de la asistencia psiquiátrica, actualmente sólo se pide por la salud física.