OBSERVACIONES DE ORTOS Y OCASOS DE ESTRELLAS

● En la Antigüedad, para usar las estrellas con propósitos calendáricos, era de especial importancia determinar cuales de ellas estaban sobre el horizonte durante ambos crepúsculos: poco después de ponerse el sol y antes de salir. Es un método ancestral, que de forma empírica, ha sido usado por todas las culturas del mundo, pues tanto antes de acostarse como al levantarse del lecho se ha mirado al cielo para ver la posición de las estrellas más destacadas.
– Las fechas en que ocurren las 4 fases de observación dependen de cada estrella y, además, cambian a lo largo de los años debido a los movimientos seculares del cielo (precesión de equinoccios y otros). Cada fase de una estrella tiene lugar en una fecha propia variable, por lo que se necesita calcularla para cada época y latitud del observador. El antiguo método clásico de calcular las fases para estimar ortos u ocasos estelares era muy poco preciso y estaba basado en el uso de un ángulo mínimo de separación del sol, llamado «arco de visión» (arcus visionis), calculado de forma empírica. En época clásica se estimó que la observación se debía hacer en un tiempo que se corresponde con unos 45 minutos, antes de la salida o después de la puesta del sol. Los griegos sistematizaron las observaciones de las estrellas, la nomenclatura más clara la ofrece Gémino de Rodas, en sus comentarios al poema astronómico «Fenómenos» de Arato.
– Orto es la aparición por el horizonte oriental, y ocaso la desaparición por el horizonte occidental, que cada día tienen las estrellas no-circumpolares en su recorrido aparente diario. Cuando a los términos orto y ocaso de las estrellas se les añade el adjetivo helíaco se refiere a su relación concomitante con las salidas y puestas del sol. Por tanto se habla de ortos y ocasos helíacos matutinos de las estrellas, cuando al salir el sol, unas se levantan con él por el este y las otras se ponen por el oeste. Los ortos y ocasos helíacos vespertinos de las estrellas ocurren cuando al ponerse el sol, unas estrellas salen por el este y las otras se ponen con él. En estos casos serían los ortos y ocasos helíacos verdaderos, astronómicos o cósmicos que son invisibles a consecuencia de la luminosidad solar y sólo pueden ser inferidos por métodos geométricos o por cálculo.
– En la práctica popular, la observación de los ortos y ocasos helíacos es aparente, sólo podemos ver las estrellas que hay sobre ambos horizontes antes de salir el sol en los matutinos, y en los vespertinos después de que se haya puesto. La diferencia de fechas que ocurren entre los ortos y ocasos helíacos verdaderos y aparentes es muy variable para las distintas estrellas, pero en promedio es de 15-20 días, lógicamente en los matutinos los aparentes ocurren en fechas posteriores a los verdaderos y en los vespertinos en días previos. Para estrellas próximas a la eclíptica los antiguos calendarios estelares señalaban una diferencia de 26 días.
– Hay que tener en cuenta que para apreciar el brillo de las estrellas son importantes los fenómenos atmosféricos de extinción de la luz, que debilitan su visibilidad cuando están próximas al horizonte. El coeficiente de extinción depende de varias características del aire: niebla, calima, humo, contaminación lumínica, etc. Como la extinción atmosférica disminuye cuanto más alto se está sobre el nivel del mar, muchos observatorios astronómicos se instalan en las montañas.
– La palabra orto significa «nacer, salir, levantarse» y ocaso es «caída, puesta» (<28 abril, Puntos cardinales). Orto también se usa en geometría con el sentido de perpendicular o en ángulo recto (orto-gonal), aunque recordemos que con respecto al horizonte, la mayoría de las trayectorias de los astros, en nuestras latitudes, son oblicuas o inclinadas.
– Aquí hablaremos de ortos y ocasos, matutinos o vespertinos, para referirnos a los «helíacos aparentes», que eran los que veían los antiguos, aunque a veces los datos modernos vienen dados por los verdaderos o cósmicos.
● En general, los ortos matutino y vespertino auténticos se producen con medio año de separación, aproximadamente. Igual ocurre entre los ocasos matutino y vespertino. Pero esta regla se modifica en los aparentes. En estos casos, para las estrellas suelen existir dos períodos de visibilidad y otros dos de invisibilidad.
– En condiciones de proximidad a la eclíptica, orto y ocaso matutinos aparentes se producen con algo menos de medio año de separación. Entre ocaso matutino y orto vespertino suelen transcurrir varias semanas. Entre orto y ocaso vespertinos existe otro período largo de visibilidad de varios meses. Después del ocaso vespertino suele estar desaparecida alrededor de un mes. Por tanto los ortos inician períodos de visibilidad, los ocasos supone el fin de la visibilidad. Los dos momentos crepusculares más observados de las estrellas fueron sus: ocaso vespertino y orto matutino, separados por el período largo de invisibilidad.
– Los períodos de visibilidad son más largos cuanto más al norte del ecuador celeste se encuentre la estrella; para las más norteñas no circumpolares, puede reducirse a sólo un período de visibilidad, pues tras el ocaso matutino se sigue o adelanta el orto vespertino, y otro de invisibilidad; incluso desaparece el período de invisibilidad pues las más al norte son siempre visibles en algún momento de la noche.
– Al contrario ocurre hacia el sur cuyos períodos de visibilidad son más cortos hasta que dejan de verse por completo. Esto provoca que entre las estrellas que salen al mismo tiempo las sureñas se pongan antes que las norteñas.
– Ya Ptolomeo distinguía a efectos de observación de las estrellas no-circumpolares tres tipos: 1) próximas a la eclíptica o de recorrido entrecortado: Espiga, Régulo; 2) sureñas o que vagan intermitentemente por la noche: Sirio, Proción, Rigel; 3) norteñas o visibles todo el año en algún momento de la noche: Arturo, Vega, Capella.
– Este método de observación proporciona un medio fácil para determinar la época del año. Entre las estrellas más vigiladas para establecer un calendario se encuentran Las Pléyades y Sirio, pero con el discurrir de los siglos los calendarios estelares sufren desplazamientos con respecto al calendario solar o trópico debido al efecto de la precesión de equinoccios.
Calendario de Las Pléyades

Según Stellarium (Observabilidad). Fechas de Equinoccios – Ortos y Ocasos de Las Pléyades. Para latitud 37º N.
Año | Vernadia | Automdia | Orto matutino | Ocaso matutino | Orto vespertino | Ocaso vespertino |
2018 | 20 marzo | 23 septiembre | 06 junio | 25 noviembre | 17 noviembre | 09 mayo |
1 | 22 marzo | 25 septiembre | 14 mayo | 29 octubre | 21 octubre | 13 abril |
-300 | 25 marzo | 27 septiembre | 12 mayo | 26 octubre | 19 octubre | 11 abril |
-700 | 28 marzo | 30 septiembre | 10 mayo | 24 octubre | 16 octubre | 08 abril |
-3500 | 18 abril | 19 octubre | 22 abril | 05 octubre | 28 octubre | 21 marzo |
● En épocas más avanzadas, una vez determinado el meridiano local con el gnomon, tuvieron interés las culminaciones matutinas y vespertinas, es decir el seguimiento de las estrellas que están sobre el meridiano celeste en ambos crepúsculos. Sin embargo apenas se usaron con propósitos calendáricos, dado que la cuenta anual basada en las estrellas ya había quedado obsoleta.
– De aparición más tardía y técnica, por ejemplo, en Egipto, también la observación de las culminaciones o tránsitos meridianos de las estrellas jugó un gran papel en el cálculo del paso de las horas nocturnas. Aunque se limitó a las necesidades de las rutinas litúrgicas de los templos o para usos estrictamente astronómicos o astrológicos.
● Existe otra variante más farragosa de la nomenclatura astronómica sobre ortos y ocasos helíacos que utiliza el adjetivo acrónico de manera confusa. Acrónico equivale a acro niktos, «extremo de la noche, crepúsculo» (por tanto no confundir con a-crónico, «atemporal, sin tiempo»). La definición de ortos y ocasos acrónicos es equívoca. Propiamente serían los ortos y ocasos vespertinos. Por otro lado se definen las salidas y puestas que se producen inversamente a las del sol, lo cual haría corresponder orto acrónico con orto vespertino y ocaso acrónico con ocaso matutino. Es más clara y sencilla la terminología de Gémino.
Orto matutino = Orto o salida helíaca | Ocaso matutino = Ocaso o puesta acrónica |
Orto vespertino = Orto o salida acrónica | Ocaso vespertino = Ocaso o puesta helíaca |
CALENDARIOS ESTELARES O SIDERALES

● A pesar de la dificultad de establecer calendarios siderales generales, pues son estrictamente locales, como las variaciones de ortos y ocasos son muy graduales, una persona que observe regularmente las estrellas sobre los horizontes crepusculares desde un sitio concreto, puede llegar a saber casi instintivamente en que fecha se encuentra. Alrededor de estos datos estelares se fueron forjando refranes y proverbios, útiles durante varias generaciones, que probablemente se irían adaptando al calendario climático, según la precesión de los equinoccios hiciera retrasarse en el año a los fenómenos de ortos y ocasos estelares.
– Se necesitó la geometría de los griegos para unificar la exactitud del fenómeno según horizontes artificiales, a costa de que las observaciones locales no coincidieran con la abstracción matemática, pues ahora era una «actividad científica» que requería tomar medidas y efectuar cálculos.
● Amanecer y atardecer son los momentos tradicionales de observación de las estrellas. Ya los sumerios elaboraron calendarios estelares tomando como punto de partida el orto matutino de Las Pléyades, pues hacia la primera mitad del IV milenio a.C. marcaba las fechas cercanas a Vernadia o día del equinoccio de primavera. Para latitud 33º N y año 3700 a.C. esta efeméride ocurría en Vernadia o equinoccio de primavera.
● Una estructura sidérea de las estaciones anuales está presente en: «Trabajos y días» de Hesíodo; «Sobre la Dieta» (capítulo III) de Hipócrates; en Galeno; la recoge San Isidoro de Sevilla; y llega hasta el Calendario de Córdoba. Para la época clásica, el orto matutino de Las Pléyades (a mediados de mayo) determinaba el principio del verano climático; y su ocaso matutino a mediados de noviembre, el principio del invierno climático. El inicio del otoño se establecía con el orto matutino de Arturo, que venía a coincidir con Automdia, y no hay referencia clara al comienzo de primavera. Por tanto los marcadores estelares fijan más bien una división climática del año con invierno y verano cuatrimestrales, mientras que primavera y otoño se reducen a dos meses. Algunos de los datos de los Tratados Hipocráticos parecen corresponder a fechas más antiguas, de alrededor del 1000 a.C.
REFERENCIAS ESTELARES DE LAS ESTACIONES CLIMÁTICAS: «SOBRE LA DIETA» (TRATADOS HIPOCRÁTICOS)
INVIERNO | Ocaso matutino Pléyades | ~10 noviembre |
Solsticio hibernal o Hiberdia | + 44 días | |
Sopla Céfiro (viento occidental) | + 15 días | |
Orto vespertino Arturo Aparece la golondrina | ~20 febrero | |
PRIMAVERA | Equinoccio vernal o Vernadia | + 32 días |
Orto matutino Pléyades | ~10 mayo | |
VERANO | Solsticio estival o Estivadia Comienzo orto matutino Orión | ~22 junio |
Orto matutino Sirio | ~18 julio | |
OTOÑO | Equinoccio otoñal o Automdia Orto matutino Arturo Desaparición de la golondrina | ~16 septiembre |
(Entre solsticio estival y equinoccio automnial 93 días) | ||
Ocaso matutino Pléyades | + 48 días |
– Desde el Ocaso matutino de Las Pléyades (10 noviembre) hasta el Solsticio hibernal transcuren 44 días. 15 días después sopla el Céfiro, viento de poniente. Las golondrinas aparecen hacia el Orto vespertino de Arturo (20 febrero). Hasta el equinoccio vernal faltan 32 días. El Orto matutino de Las Pléyades viene a caer sobre el 10 mayo. El Solsticio estival coincide con el comienzo del Orto matutino de Orión, mientras el Orto matutino de Sirio viene a ser el 18 julio. El Equinoccio otoñal está próximo al Orto matutino de Arturo (16 septiembre). Hasta el Ocaso matutino de Las Pléyades faltan 48 días. Entre solsticio estival y equinoccio otoñal distan 93 días.
● En los almanaques griegos antiguos las fechas de inicio de las estaciones climáticas son bastante variables, pero a grosso modo coinciden con: Invierno, 11 noviembre; Primavera, mediados de febrero; Verano, 12 mayo; Otoño, cerca del equinoccio.
● Según Varrón sobre las estaciones: «La primera llega con el céfiro hasta el equinoccio vernal, 45 días. Desde éste hasta el orto (matutino) de Las Pléyades, 45 días. Desde ésta al solsticio estival, 48 días. De aquí al orto (matutino) de Sirio, 37 días; y 67 días más al equinoccio otoñal. Desde éste al ocaso (matutino) de Las Pléyades, 32 días; y tras otros 57 días hasta el solsticio hibernal. De aquí a la llegada del céfiro, 45 días». Aunque bastante irregular, parece que intentaba establecer una correspondenia entre el inicio las cuatro estaciones y sus medianías o fechas de Media-estación con los hitos estelares más próximos. El mismo Varrón señala un calendario rústico con los inicios de las estaciones climáticas en los días 23 de los meses zodiacales de Acuario, Tauro, Leo y Escorpio.
● En los almanaques árabes de anwas la distribución de estaciones es desigual, con invierno y verano de 4 meses, mientras primavera y otoño se reducen a 2. El comienzo de las estaciones se fija en las fechas: Invierno, 14 noviembre (ocaso matutino Pléyades); Primavera, 17 marzo (Vernadia); Verano, 15 mayo (orto matutino Pléyades); y Otoño, 16 septiembre (orto matutino Arturo y Automdia).
Calendario de estrellas. Fechas actuales de ortos y ocasos para latitud 37º N. (Stellarium, Análisis de Observabilidad).
Orto Matutino | Ocaso Matutino | Orto Vespertino | Ocaso Vespertino | |
Pléyades | 06 junio | 25 noviembre | 17 noviembre | 09 mayo |
Sirio | 13 agosto | 04 diciembre | 27 enero | 18 mayo |
Arturo | 21 octubre | 30 mayo | 05 abril | 12 noviembre |
Especulaciones y consideraciones

– A raíz de la descripción bíblica del famoso Mar de Bronce colocado delante del Templo de Jerusalén, se ha interpretado que este recipiente de agua pudiera haber sido concebido como un enorme espejo para la observación estelar. La palabra «especular» significa literalmente «escudriñar con ayuda de un espejo», y era sinónima de «considerar», de cum sideris, «examinar los astros en conjunto». Champeaux y Sterckx «especulan» que la gran pila ofrecía todos los elementos básicos para establecer un calendario sidéreo, pues «consideran» que a través del reflejo del cielo en la superficie del agua se podía determinar y señalar el paso de las estrellas y ser referidas a la doble graduación de los bordes, lo que permitía un fácil registro. El Mar de Bronce estaba sostenido por 12 bueyes, divididos en cuatro grupos de tres, orientados según los puntos cardinales. El problema de esta conjetura es que este recipiente era muy grande, a no ser que las supuestas observaciones se realizaran sobre una réplica más pequeña.
– Se cree que investigaciones de este cariz se realizaron en la cúspide de los zigurats por los sacerdotes mesopotámicos. El sistema podía ser muy simple: con una zafa o lebrillo, lo más ancho posible y poco profundo, cuyo fondo se hubiera ennegrecido, había que marcar el borde con la graduación correspondiente al sistema de medidas empleado. Instalado el recipiente sobre una terraza o lugar bien despejado se podía seguir el transcurso de las estrellas o las constelaciones, marcando con hilos o sobre los bordes una posición, y observar su desarrollo a lo largo de una noche, o comparándola con otras noches. El registro de la aparición y desaparición de ciertas estrellas en posiciones definidas permitía establecer un calendario sidéreo bastante preciso. Igualmente se podía usar para observaciones planetarias, lunares y solares. El sistema se podía perfeccionar con estanques o piscinas, resguardadas del viento, para minimizar la ondulación del agua.
– En China y Persia también se usaron espejos metálicos redondos, con los bordes graduados, que eran fácilmente transportables y permitían dirigirlos a una porción concreta del cielo, aunque sus dimensiones más pequeñas reducían la exactitud de la observación.
Extinción y reliquias de los calendarios estelares
– Con la llegada de la civilización, en sentido estricto de formación de ciudades, los conocimientos astronómicos necesarios para establecer calendarios, mantenidos hasta entonces en secreto profesional por sacerdotes, navegantes y mercaderes de largas distancias, comienzan a ser proclamados y exhibidos debido a las nuevas condiciones de las relaciones sociales urbanas. En consecuencia, la vieja observación de las estrellas durante ambos crepúsculos se fue volviendo obsoleta, aunque persistiera en tribus nómadas y ambientes rurales. Más tardíamente, en el Occidente europeo la proliferación de almanaques, tras el descubrimiento de la imprenta, supuso su puntilla de muerte.
– Hoy, casi nadie entre la gente del campo tiene alguna noción sobre apariciones y ocultamientos de estrellas. Agricultores y ganaderos adaptaron sus conocimientos al más seguro calendario solar y planearon sus labores según las fechas solares, representadas por las fiestas estacionales o de los santos y Vírgenes más significativos de cada temporada. La posición en el calendario de las celebraciones de algunos santos puede ser significativa de antiguas fechas estelares, que se han mantenido como fósiles o reliquias, un caso importante es el de San Gregorio Ostiense. En general, bastantes leyendas ligadas a las fechas de los santos y las fiestas cristianas tienen su origen en la tradición oral proveniente de la superposición durante distintas épocas históricas de diversos calendarios (fenológicos, climáticos, lunares, estelares, solares) mezclados con todo tipo de saberes, creencias y supersticiones, mezcladas con un batiburrillo de costumbres y fiestas de difícil interpretación.
Requisitos para el establecimiento de calendarios estelares

● Cada vez que nos ofrezcan una fecha estelar antigua de ortos y ocasos, matutinos o vespertinos, hay que ser muy cautos, pues además existen otras variaciones que dificultan su valoración: latitud geográfica; sesgos del observador y de la trasmisión de datos; diferencia del horizonte local sobre el astronómico; fenómenos de atenuación atmosférica y de refracción; cambios periódicos del brillo; precesión de equinoccios.
– La latitud geográfica cambia las fechas de los ortos y ocasos helíacos de las estrellas, una diferencia de 10º entre dos observatorios se corresponde con unos 12 días de diferencia. Por eso, en los calendarios siderales había una gran indefinición en tiempos antiguos según los países estuvieran más al norte o al sur. El método de observar las estrellas durante los crepúculos matutino y vespertino resulta más útil en países de latitudes tropicales, pues cuanto más cerca del ecuador, el ángulo del sol está menos inclinado respecto al horizonte y los crepúsculos son muy breves. En países más nórdicos los crepúsculos se alargan, las estrellas siguen trayectorias más oblicuas y los horizontes más nublados hacen difícil precisar los días en que aparecen o dejan de verse las estrellas.
– Incluso en las mejores condiciones de visibilidad una datación de ortos u ocasos puede variar a la observación entre 3 y 7 días. Los márgenes de error son amplios, los autores clásicos a menudo databan fechas observadas muchos siglos atrás y los fallos de transmisión en las copias escritas eran abundantes, tampoco se tenían los escrúpulos con la exactitud que exige la ciencia moderna. Puede haber notable discrepancia entre la «fecha tradicional» de un orto matutino significativo por su simbolismo, con el que nos dan los actuales cómputos informáticos para esa época y lugar.
– Hay que corregir la altura de los puntos observados del horizonte local respecto al horizonte virtual astronómico, pues incluso en una misma comarca los relieves del paisaje pueden variar las fechas en varias semanas.
– Hay que tener en cuenta el fenómeno de atenuación atmosférica de la visibilidad de los astros sobre el horizonte, la distancia a la que una estrella desaparece antes de tocar el horizonte. Según una regla empírica esta extinción atmosférica equivale a una altura en grados igual a la magnitud de brillo de la estrella. En época moderna, a esta causa de atenuación, se añaden la suciedad del aire y la contaminación de luz artificial en las ciudades, de manera que las fechas teóricas de observación rara vez se cumplen.
– Aunque se suele descartar, a veces es necesario corregir la refracción atmosférica, pues su variación diaria hace imposible la medición precisa de fenómenos a nivel del horizonte a latitudes medias.
– Los cambios periódicos de la magnitud de brillo de las estrellas también afectan al «arco de visión», su visibilidad sobre el horizonte durante el crepúsculo, lógicamente más amplio cuanto menos luminosa sea la estrella y más reducido cuanto más brillante. Además hay que tener en cuenta su distancia azimutal al sol en cada fase crepuscular.
– A largo plazo de varios siglos, la precesión de equinoccios modifica las fechas de estas apariciones. En latitudes europeas esto afecta en especial a notables estrellas sureñas, visibles en la prehistoria, que han dejado de verse en los últimos milenios, por ejemplo, Canopo (α Car).
Calendario de estrellas
Fechas actuales de ortos y ocasos para latitud 37º N. (Stellarium, Análisis de Observabilidad).
Orto Matutino | Ocaso Matutino | Orto Vespertino | Ocaso Vespertino | |
Altaír | 08 enero | 07 agosto | 23 junio | 22 enero |
Nunki | 25 enero | 02 julio | 08 julio | 17 diciembre |
Alferaz | 08 marzo | 16 octubre | 17 agosto | 30 marzo |
Fomalhaut | 02 mayo | 20 agosto | 09 octubre | 03 febrero |
Aldebarán | 13 mayo | 29 noviembre | 08 diciembre | 13 mayo |
Capella | 26 mayo | 12 enero | 05 noviembre | 24 junio |
Pléyades | 06 junio | 25 noviembre | 17 noviembre | 09 mayo |
Pólux | 27 julio | 22 enero | 09 enero | 04 julio |
Proción | 10 agosto | 31 diciembre | 24enero | 13 junio |
Sirio | 13 agosto | 04 diciembre | 27 enero | 18 mayo |
Régulo | 05 septiembre | 19 febrero | 18 febrero | 30 julio |
Arturo | 21 octubre | 30 mayo | 05 abril | 12 noviembre |
Espiga | 31 octubre | 10 abril | 14 abril | 18 septiembre |
Gema | 01 noviembre | 26 junio | 15 abril | 11 diciembre |
Vega | 26 noviembre | 18 agosto | 11 mayo | 01 febrero |
Deneb | 11 diciembre | 23 septiembre | 26 mayo | 08 marzo |
Antares | 19 diciembre | 25 mayo | 03 junio | 07 noviembre |