LA PARRILLA DE SAN LORENZO
La parrilla de San Lorenzo
– En España se canta «El sol se llama Lorenzo y la luna Catalina». San Lorenzo es el santo canicular por excelencia, se dice que hoy es el día más caluroso del año, apreciación no tanto metereológica, según la estadística esto corresponde a las proximidades del día de Santiago, sino hagiográfica, debido a su fama de abogado, habría que decir más bien bombero, contra incendios, patronazgo alcanzado gracias a su martirio: asado vivo sobre una parrilla. «Por San Lorenzo, calor intenso», «San Lorenzo en la parrilla y el labrador en la trilla». El primitivo comienzo estelar de la Canícula se fue retrasando, hasta que los griegos la fijaron en el comienzo del signo zodiacal de Leo. Actualmente el orto matutino de Sirio tiene lugar hacia el 13 agosto (para latitud 37º N).
– Existió una leyenda popular, que decía que si hoy se escarbaba en el suelo, fácilmente se sacaba carbón y hasta principio del siglo XX en Andalucía, al amanecer, mujeres y niños se lanzaban a la calle imitando la búsqueda de un filón carbonífero. Por eso también era conocido como el día de los «piconeros». En otros lugares por el mismo motivo se llamaba al 01 agosto, San Pedro Carbonero.
San Lorenzo, diácono y mártir
● La tradición lo hizo español, originario de Huesca, aunque toda su actividad legendaria transcurrió en Roma. Llegó a ser diácono del papa Sixto II y fue martirizado en 258. Según la leyenda nació bajo un laurel y de ahí provino su nombre Laurencio, siempre con el sentido de triunfo y victoria asociado a esta planta. Se hizo famoso por su generosidad, pues como administrador de los bienes de la Iglesia siempre ayudaba a los pobres y necesitados. Para recordarlo se erigían hospederías para pobres, junto a los templos a él dedicados.
– San Lorenzo fue convertido en mártir de la paciencia, pues tendido en la parrilla martirial, sobre un lecho de ascuas, advirtió a sus verdugos que le dieran la vuelta, para que se asara la otra parte de su cuerpo, de ahí sus apelativos populares de «El Asado» o «El Tostado». Como emblema hagiográfico la Parrilla de San Lorenzo se le atribuyó primero al otro gran mártir hispano, San Vicente, pero luego éste cedió el asador a su compatriota, y él se conformó con sus cuervos. Otros santos legendarios a quienes se atribuye el martirio de la parrilla son: el obispo San Eleuterio de Iliria (18 abril), entre otros tormentos; y San Gorgonio (09 septiembre), que recibe culto en algunas regiones de Alemania y Francia, desde que San Crodegando de Metz (712-755) (06 marzo) llevó las reliquias al monasterio de Gorze.
● En el cristianismo primitivo importaba ante todo la idea de resurrección, antes que la de pasión, que era sólo un preámbulo, tendencia que luego se invertiría en la Iglesia occidental con su machacona insistencia en los pormenores de la crucifixión. Antes de llegar a ser estereotipos literarios de promoción religiosa, algunas de las torturas de los mártires eran símbolos morales e iniciáticos del camino cristiano, que proclamaban al candidato seguidor de la vía espiritual como triunfador «laureado» (Laurencio) o «vencedor» (Vincente) y por tanto era testigo («mártir» en sentido literal) de la realización de las enseñanzas y merecía ser ungido («cristificado», también en sentido literal). Así aparece en un mosaico del mausoleo de Gala Placidia en Rávena donde se muestra una parrilla con ruedecillas en las patas, mientras que el santo de pie, vestido y tranquilo, la señala para mostrar la verdad evangélica de la prueba del bautismo de fuego. El concepto de mártir o testigo, por haber realizado el camino de la unción o cristificación, acabó perdiéndose, y pasó a significar sólo el acto externo de ofrecer la vida por lealtad a la causa. Pero Jesús siempre señaló que su camino es seguido, no por quien lo admite de forma intelectual o emocional, sino por aquel que consigue dar frutos de realización espiritual. No se trata de adorar o creer «en» Cristo, sino de llegar a ser un Cristo = Ungido.
● Después de San Esteban, San Lorenzo fue considerado el más importante de los mártires cristianos, su fiesta fue honrada con vigilia y octava. Se dice que el emperador Teodosio pidió a Constantinopla las reliquias de San Esteban para curar a su hija Eudoxia, a quien se le había metido un demonio en el cuerpo, y una vez expulsado, el mismo diablo reveló que el Protomártir deseaba descansar junto a su colega San Lorenzo. Cuando así se hizo, al abrir la sepultura de San Lorenzo, éste sonriendo le hizo sitio, retirándose a un lado del sepulcro. Desde entonces se venera a ambos diáconos en la basílica romana de San Lorenzo Extramuros. Se cuenta que Felipe II ordenó al arquitecto Juan de Herrera que la planta de San Lorenzo de El Escorial imitara la parrilla del martirio del santo.
San Lorenzo popular
● Muy tardíamente, por su función de tesorero de la Iglesia de Roma, a San Lorenzo lo vincularon con la leyenda de la trasmisión del cáliz de la Última Cena. Para evitar que cayera en manos de los rapaces gobernantes romanos, lo envió a su tierra natal y quedó oculto en el Pirineo aragonés, según se cuenta en el ciclo ibérico del Santo Grial, gestado en torno al monasterio de San Juan de la Peña, centro sagrado del reino de Aragón.
– En Huesca el momento más emotivo de las fiestas en honor de San Lorenzo es la danza de palos y espadas, que consta de cinco bailes distintos, repetidos sin descanso durante un largo trayecto. En la misma ciudad a su leyenda le añadieron el martirio de sus padres San Orencio y Santa Paciencia (ambos hoy 10 agosto y 01 mayo).
– «San Lorenzo en la parrilla y el labrador en la trilla». En Aragón, un hermano menor de Lorenzo fue San Orencio, un protector de los campos cultivados a quien se llamó «Padre de las lluvias», quizá porque fue confundido o asimilado con otro santo pirenaico protector de las cosechas, San Orencio de Auch (439) (26 septiembre, ahora 01 mayo), ermitaño en el valle de Lavedan junto a Tarbes, luego obispo de Auch y consejero del rey visigodo Teodorico.
– Pero el padre y el hermano de San Lorenzo no están relacionados con otros dos mártires italianos San Oroncio de Lecce (27 agosto) o San Aroncio de Potenza (01 septiembre), que comparten otro no menos legendario relato.
– En Galicia, el propio San Lorenzo está asociado con las lluvias estivales en virtud de su poder anti-sequía, pues, por su inmunidad ante el fuego, se le consideró portador de la fuerza húmeda en grado sumo, lo cual propició que suplantara a antiguas deidades acuáticas.
– Por la relación de los Médicis con la basílica de San Lorenzo de Florencia el santo diácono es celebrado en la capital toscana con solemnes festejos y otros más populares como el reparto de panes y el atracón de sandías.
● Un curioso refrán dice: «El día en que cae el Tostado, cae todo el Apostolado», lo cual puede referirse a que el día de la semana en que «cae» San Lorenzo ese año, es el mismo que caen los días de los apóstoles San Pedro y San Pablo (29 junio), San Bartolomé (24 agosto) y San Andrés (30 noviembre) y del evangelista Sº Mateo (21 septiembre). Otros estiman el refrán como una hipérbole más del calor tórrido de estos días, tan ardiente que cae achicharrado San Lorenzo y no se salva ni uno del apostolario.
● Otro santo del laurel es San Laureano (544) (04 julio), cuya leyenda dice que fue un obispo de Sevilla, mártir decapitado en Bourges (Francia) y cuya calavera regresó milagrosamente a la ciudad andaluza, justo a tiempo para salvarla de una terrible sequía. A partir de la Baja Edad Media, más de una vez su estatua sufrió encierro y castigo, mirando contra la pared, por no ser capaz de atraer la lluvia cuando se lo solicitaban.