Constelación Tauro y Toro Celeste

● La cabeza de Tauro (= Toro) está formada por las estrellas Híades o «Lluviosas», así llamadas porque sus ortos y ocasos matutinos en Mayo y Noviembre anunciaban a griegos y romanos las lluvias primaverales y otoñales. Desde las Híades surgen sus afilados cuernos a oriente.
– La estrella guía es Aldebarán (α Tau), en árabe significa «Perseguidora», por seguir a Las Pléyades. En latín es Oculus Tauri, Ojo Rojo del Toro, la antigua Estrella Regia de Primavera, cuya figuración clásica está a menudo representada como una roseta en la frente bovina (aunque en otros contextos la roseta es Venus). Los romanos también la llamaban Palilicium en referencia a las fiestas Paliles por estas fechas. Columela la llamó Cerda (Sucula), jefa de la piara de Cerditos (Suculae), que son el grupo de las Híades; y Ptolomeo la denominó Antorcha (Lampadias).
– La segunda estrella por su magnitud de brillo es Elnath (β Tau), en árabe Al Natih, «Embestidor», marca la punta del cuerno izquierdo. En Babilonia recibía el nombre de Shur-markabti-sha-iltanu, «Estrella norte del toro».
● Se encuentra al sur el Gran Cazador Orión, visto en casi todas partes como un gigante, y al norte al Cochero o Auriga con la brillante Capella o «Cabrita» y el grupo próximo de las Cabrillas (aunque en España también se llamaron Cabrillas a Las Pléyades). La secuencia: Tauro (Pléyades + Híades), Orión y Sirio, es el complejo estelar más constante en las mitologías celestes de todos los pueblos, de hecho en nuestras antípodas los maoríes de Nueva Zelanda creían que la alienación de las estrellas de Las Pléyades (Matariki, «Ojos pequeños»), Orión (Tautoru) y Sirio (Takurua) eran guardianes que vigilaban la Tierra. Actualmente la estrella Mintaka, del cinturón de Orión, es una importante referencia para situar el ecuador celeste.
– Se especula que algunos de los toros salvajes paleolíticos pintados en las cuevas pudieron representar hace unos 15.000 años a esta constelación, un uro de la cueva de Lascaux presenta seis puntitos en la posición relativa de Las Pléyades. En cualquier caso, si en esta constelación se imaginó a algún Toro celeste paleolítico en esa época, el orto matutino de Aldebarán estaría asociado con el otoño.
● A partir del Neolítico con la figura del Toro Celeste se revistieron muchos dioses Tormenta. Las Híades eran para los mesopotámicos Gudanna, la quijada del «Toro del Cielo» (Anu), residencia del sol en el mes de Ayyar, segundo de primavera. El Toro celeste aparece ya en Mesopotamia a principios del III milenio a.C. como icono de la primavera, casi siempre en lucha con el León del verano, esta simbología parece retrotraerse al IV milenio a.C., cuando el Equinoccio de primavera coincidía con la constelación Tauro y el Solsticio de verano con Leo. Uno de los episodios más antiguos de la «Epopeya de Gilgamesh» parece ser la lucha de Gilgamesh contra el Toro Celeste. Los babilonios y asirios pusieron el Toro en relación con Adad, un dios Tormenta productor de diluvios, cuyo culto se extendió por todo el Próximo Oriente. Su figura se transmitió al Toro de Mitra en los cultos mistéricos difundidos por los militares romanos.
● Para los griegos es el toro nadador en el que se transformó Zeus para raptar a Europa, hija del rey de Tiro, a quien transportó sobre su lomo desde Fenicia a Creta. Era de color blanco o rubio, cuernos plateados y una pequeña roseta en la frente. Precisamente el Rapto de Europa tuvo lugar durante la luna llena del mes Muniquion (Luna de Tauro o mitad de primavera). Europa parece ser una doble de Hera, descendientes ambas de alguna ancestral diosa cretense. Para los griegos fue anterior el asterismo en V o Y de los cuernos que forman las Híades, y más tarde les llegó la ampliación de la constelación del Toro. Como la figura sólo se representa por el busto, se suponía que el resto del cuerpo estaba inmerso en las ondas marinas.
– En el tetramorfos cristiano es el Toro de San Lucas, aunque el Toro de San Marcos español sería más adecuado.
– Aunque Ptolomeo agregó Las Pléyades a Tauro, previamente era un asterismo independiente, o más bien ligado a Aries, incluso en los calendarios medievales árabes de anwas, aparece como «Rabo de Carnero» (Aries).
Dios Mitra

● Se contaba que Mitra nació del seno de una roca generativa (petra genetrix), cercana a un manantial y bajo un árbol. Los pastores fueron los primeros en dirigir sus plegarias al niño, que aparece cubierto con un gorro frigio y llevaba una antorcha y una daga. El origen primigenio del nacimiento de Mitra parece ser que estaba en el monte Hara Berezaiti, citado en el Avesta, en la cordillera de Elborz en el norte de Irán, aunque también puede haber sido el monte Elbrús del Cáucaso. Sea el que fuere era considerado como centro del país de los arios.
● Entre los persas, Mitra, hijo de Ahura-Mazda, era el dios que regulaba los juramentos, pactos y contratos entre los hombres. De antiguo abolengo ario, en sánscrito «mitra» significa «amigo, amistad», aparece en los Vedas hindúes. Entre los iranios era protector del orden cósmico, controlaba la sucesión de los días y el cambio de las estaciones, siendo asimilado con el fuego y el sol. Pero este «Amigo» también era un fiero guerrero cuando tenía que destruir a sus enemigos, pues la cosmogonía irania era de un fuerte dualismo excluyente, que concebía el mundo como la lucha constante entre dos principios irreconciliables. De ahí su éxito entre los militares, pues la excusa para toda guerra es que «nosotros somos los buenos y los enemigos son los malos».
● El culto mistérico de Mitra, sufrió una profunda transformación durante su expansión por el Imperio Romano. A partir de finales del siglo I d.C., se convirtió en patrón de los guerreros y acogió a militares de todos los países sometidos a Roma. La propia urbe de Roma fue el centro de esta religión, con decenas de mitreos, una especie de capillas repartidas por toda la ciudad. El mitraísmo alcanzó su máxima expansión en el siglo III coincidiendo con la implantación de los cultos solares por los emperadores. En el siglo siguiente fueron suprimidos por el cristianismo, siempre tan intransigente con quienes no comulgan con su «verdad».
● Los Misterios de Mitra tenían como rito central el «taurobolio», el sacrificio del toro primordial, con el banquete comunal posterior en el mitreo, capilla del culto de Mitra, consistente en una sala subterránea en representación de la Caverna Cósmica, todo aderezado con abundantes símbolos astrales.
– Los seguidores de Mitra se organizaban como una secta iniciática con siete grados jerárquicos, cada uno relacionado con un «planeta» y avanzaban en el escalafón tras pasar una prueba de resistencia por cada grado y al recibir instrucción sobre el significado de las diversas escenas simbólicas recreadas. Era una organización exclusivamente masculina, se llamaban a sí mismos syndexioi, «unidos por el apretón de manos».
● La tauroctonía es el icono principal de Mitra, pieza central en todo mitreo, símbolo de la bóveda celeste, donde está representado en el interior de un simulacro de cueva el sacrificio del toro primordial. Vestido con traje persa y gorro frigio, arrodillado sobre el toro exhausto, lo sujeta por las narices con la mano izquierda y lo apuñala con la derecha, clavando la daga en el costado, mientras vuelve la cabeza para mirar a Sol, y él es contemplado por Luna. Un perro y una serpiente se acercan para beber la sangre, mientras un escorpión intenta picar los genitales del toro. Un cuervo vuela alrededor o está sentado sobre el toro. Una espiga de trigo sale de la cola del toro, a veces de la herida. También suele figurarse en la parte baja un león, junto con una crátera. Como se observa, todas las figuras de la tauroctonía pueden remitirse con facilidad a los iconos clásicos de las constelaciones celestes, pues en esa época gran parte de los símbolos astrológicos se habían convertido en alegorías morales. La relación sería: toro con Tauro, perro con Sirio o Proción, serpiente con Hidra, león con Leo, crátera con Cráter, cuervo con Corvus, escorpión con Escorpio y espiga con Spica.
– Aunque el significado celeste de la escena es más problemático, se cree que, en general, el episodio del sacrificio del toro alude al ciclo vital anual, en cuanto símbolo mítico, generalizado en sentido cosmogónico al comienzo de la generación y salvación de toda la Creación, algo parecido al ciclo anual de Cristo (Navidad, Semana Santa), aunque en el caso de Mitra, el tema central es la lucha del héroe contra el animal. Es significativo que en las escenas pintadas el toro es blanco, al igual que el toro primordial, cuya muerte da origen a toda la creación.
– Un carácter acentuado del mitraísmo romano fue la gran importancia que adquirieron las referencias astrales. Mitra aparece flanqueado por dos portadores de antorchas, formando el Mitra Triple. Con símbolo doble, anual y diario, Cautes, con la antorcha hacia arriba, salida del sol, se coloca próximo a la cabeza del toro celeste (signo de Tauro), simbolizando el Sol primaveral. Cautopates, con la antorcha hacia abajo, puesta del sol, se pone cerca del escorpión (signo de Escorpio), el Sol otoñal. Hacia el siglo I a.C., época de implantación del calendario de Julio César, los ortos helíacos de Aldebarán (Tauro) y Antares (Escorpio) se producían en mitad de primavera y otoño.
● Existían siete niveles de iniciación, relacionados con los siete «planetas», que eran llamados: Corax (cuervo), Cryfio (oculto), Miles (soldado), Leo (león), Perses (persa), Heliodromo (emisario del sol), Pater (padre). En sus rituales, los iniciados llevaban máscaras de animales simbólicos y se dividían en dos grupos: servidores, los cuatro primeros, y participantes, los tres últimos.
– También las fechas solsticiales eran muy importantes en las celebraciones mitraicas: el nacimiento de Mitra en el Solsticio de invierno, mientra que en el Solsticio de verano se celebraban los banquetes de Mitra, como sugiere la presencia de grandes cantidades de semillas de cereza en los mitreos y la inscripción en una placa de bronce de Virunum (Nórica), donde se registra un festival mitraíco conmemorativo fechado en 26 junio 184. Los días 16 de cada mes y el día del sol (domingo) de la semana eran sagrados. Tres veces al día se dirigían oraciones al Sol Invicto, un sincretismo tardío, semejante a Mitra.
● En el antiguo Irán, la fiesta de Mitra o Mitrakana (en la actualidad Mihrigán) era una celebración del Equinoccio de otoño, de donde toma su nombre el mes Mir, primero de otoño, séptimo mes del calendario persa. La fiesta pasó al mundo islámico con el nombre de Mihrayán, aunque en Al-Ándalus se festejaba coincidiendo en el Solsticio de verano con el San Juan cristiano o el Ansara magrebí.
● Un tema muy debatido ha sido la posible referencia al descubrimiento del fenómeno de la precesión de los equinoccios, demostrado por Hiparco hacia el año 140 a.C., que provocó un intento de cambio en la cosmología mitraica tras conocerlo. Se especula que la antigua cosmogonia zoroástrica, tras el contacto con los caldeos y el helenismo, sufrió un fuerte influjo astrologizante, que se vio conmovido por el descubrimiento de que no había correlato entre signos zodiacales y constelaciones, ya que ecuador y eclíptica no mantiene una relación fija, y que se hicieron esfuerzos por arreglar tal «desaguisado» que ponía en duda la base misma de la astrología predictiva. Pero la precesión de los equinoccios en esa época pasó casi desapercibida y no dejó huellas de discusión alguna.