BAILE DE SAN VITO Y LA TARANTELA
Baile de San Vito

● San Vito, también llamado Guido o Guy (hoy, 15 junio) es un mártir de la compañía de los Catorce Santos Auxiliadores cuya confusa leyenda, aparecida en el siglo V, fue rehecha en diversas épocas y lugares para sustituir a los antiguos detentadores del poder de curar a los enfermos atacados de enfermedades convulsivas: locos, epilépticos, coreicos, histéricos y «endemoniados».
– Al parecer las primeras narraciones tienen su origen en Lucania (actual Basilicata, Italia meridional) y hablan de un jovencito de familia pagana, bautizado debido a la influencia del matrimonio cristiano formado por Santa Crescencia y San Modesto (ambos, hoy 15 junio), quienes lo criaron ejerciendo de nodriza y preceptor. Pero cuando las autoridades lo reclaman para la religión oficial, huyó con sus tutores. La fama de Vito crece por sus cualidades taumatúrgicas y acuden los enfermos en tropel, su curación estelar fue la eliminación de la epilepsia que aquejaba a la mismísima hija de Diocleciano, el más famoso de los emperadores anticristianos. Pero esto no le valió la exención de su martirio, compartido con sus preceptores, y cuando murieron ocurrió que sus verdugos cayeron presa de horribles convulsiones. El culto de San Vito se difundió rápidamente por el sur de Italia y Sicilia. En Alemania empezó a ser venerado cuando sus reliquias llegaron a la abadía de Corvey (Sajonia) en 836. San Vito es el protector de los epilépticos y el patrón de los bailarines y de la gente de la farándula, incluyendo actores y comediantes.
● El nombre del «Baile de San Vito» procede de la iglesia de San Vito en Zabern (Alsacia), donde acudían los enfermos con la coreomanía o «manía danzante», expresión que incluía diversos estados morbosos caracterizados por movimientos frenéticos, presentes en algunas enfermedades neurológicas como: epilepsia, corea, rabia, ciertas intoxicaciones como el ergotismo; pero sobre todo era provocada por trastornos mentales como: histeria, paranoia, delirio, etc., que fácilmente eran achacados a posesiones demoníacas, y a menudo propagadas por imitación sugestiva, creándose una histeria colectiva.
– La fama de San Vito alcanzó su auge en el siglo XIV, sobre todo en las décadas que siguieron a la gran Peste Negra (1347-1353), cuando a su santuario de Desselhanssenacudían miles de enfermos de la epidemia psico-neurológica que arrasó por Alemania y los Países Bajos. Los danzantes fomentaban la sugestión colectiva allí por donde pasaban y San Vito fue invocado como principal protector contra la temida posesión diabólica. Un ejemplo documentado se dio en 1518, cuando en Estrasburgo una mujer comenzó una danza frenética durante cuatro días sin parar, pronto se le unieron unos treinta vecinos y al cabo de un mes participaron en el baile colectivo más de 400 personas.
● Una versión estilizada es la «danza de San Vito«, sin ninguna connotación histérica, celebrada el martes de Pentecostés, en honor de San Wilibrordo, a quien desde el siglo XVI se le honra en Echternach (Luxemburgo) con una procesión danzante o saltante, en la cual los participantes dan cinco pasos adelante y tres hacia atrás. El origen de esta danza se remonta a un rito expiatorio destinado a implorar la curación de epilépticos, locos, etc., ante la tumba del santo.
Santos Guido
● Entre otros santos del mismo nombre, más conocidos por Guido, mencionamos a:
– San Guido de Laken o El Pobre de Anderlecht (950-1012) (12 septiembre), un campesino de Brabante que aceptó el puesto de sacristán en el santuario mariano de Laken, cerca de Bruselas. Aunque su inquietud de peregrino lo llevó varias veces a Tierra Santa y Roma. Se cuenta que de su cayado plantado surgió un árbol. Asentado definitivamente en Anderlecht murió infectado de peste.
– San Guido de Rávena (970-1046) (31 marzo), abad del monasterio de Pomposa, tenía el poder de detener y sostener en el aire a hombres y objetos que caían desde las alturas. Este milagro también se cuenta de otros santos como el trinitario San Juan Bautista de la Concepción, quien con una invocación detuvo a un albañil que caía y lo bajaron poco a poco.
– San Guido de Cortona (1185-1250) (12 junio) fue un discípulo de San Francisco de Asís que recorrió la comarca alrededor del convento de Las Celdas de Cortona alcanzando fama de milagrero curador.
La tarantela

● El baile de San Vito está emparentado con la tarantela, baile que cura el tarantismo, enfermedad así llamada porque se inició en Tarento (Tarantoen italiano) a fines del siglo XIII, aunque existen referencias más antiguas del siglo XI, y que se extendió por el resto de Apulia. Se consideraba que la picadura de la tarántula provocaba una enfermedad, atribución falsa, pues la picadura o mordisco de dicha araña es inocua para el hombre, aunque a menudo se confundía con otra araña: la viuda negra, que sí es venenosa, aunque no provoca consecuencias graves, salvo en niños pequeños o enfermos.
– El fenómeno se inició como una forma de baile frenético purificador para curar los síntomas de las personas atarantadas, con predominio de mujeres, supuestas afectadas por la inoculación venenosa: dolor, convulsiones, obnubilación de conciencia y turbación emocional. Aunque pronto pasó a ser una epidemia psíquica, la danza adquirió dos modalidades predominantes, entre un espectro más amplio: los del «paño rojo» se agitaban de modo violento, a modo de furor guerrero, mientras que los del «paño verde» se abandonaban a movimientos lánguidos que podían llegar a adoptar posturas provocativas y obscenas de tipo catatónico. El tarantismo y su cura sólo se producía en pleno verano canicular, a partir del día de San Pablo (29 junio), a quien estaba consagrada la principal capilla con agua milagrosa para curar a las personas inoculadas por animales venenosos, situada en Galatina (Apulia). Las «epidemias» de tarantismo aumentaban en los años de mayor sequía.
– Una característica de estos bailes era que se sudaba mucho, lo cual se interpretaba como una manera de expulsar el veneno de la sangre. Aunque el tarantismo se asocia con el sur de Italia, fenómenos semejantes se han dado en otras zonas de la cuenca mediterránea (Cerdeña, África norte, España, con predominio en La Mancha a fines del siglo XVIII) y en otras partes del mundo (América Sur y Central).
– Más tarde, la tarantela se convirtió en un tipo de baile específico y una forma musical. Otros creen que este tipo de danzas proceden de antiguos rituales curativos basados en música y bailes estacionales que mediante la obtención de trances, se creía que podían influir sobre el clima y la natura, la fecundidad, el contacto con los muertos, etc. Es posible que en su origen estos bailes tuvieran conexión con el mito griego de Aracne: la atarantada baila repitiendo los movimientos de una araña que teje su tela.
SANTOS FÁLICOS Y SAN GANGULFO
Santos fálicos: El culto medieval a los genitales
● El niño San Vito también protege de la enuresis nocturna (orinar mientras se está dormido) y en la tradición popular medieval fue uno de los santos que suplantaron a antiguas divinidades de cultos fálicos. Con frecuencia se recurrió a santos canonizados para evitar suspicacias en el delicado tema de las enfermedades del pene, por este motivo se acudía a los cultos de: los gemelos San Cosme y San Damián en Isernia (Italia), San Arnaldo en Montauban, San Blas en Orleans, San Reinaldo en Borgoña, San Gil en Cotentin.
– En algunos casos la adjudicación del poder sobre el órgano fecundador venía dado en Francia por etimologías populares de los nombres de los santos en francés: San Guenolé en Brest y Berry, por ser su nombre Saint Guignolé interpretado como gignere, «giñar» con el sentido de engendrar, en algunas de sus estatuas las mozas casaderas hincaban agujas para encontrar novio; o San Renato de Angers, Saint René, por homofonía con renes, «riñones», tradicional sede del poder sexual.
– Prosiguiendo la costumbre de época romana, la exposición de iconos de genitales también se usó en el Medievo con sentido talismánico, por su poder fascinante la imagen fálica protege contra demonios, hechicerías y en especial contra aojamientos. Las imágenes a menudo se disfrazaban, por ejemplo, la vulva se representa como herradura, triángulo o nudo; o una mezcla de los dos, como la popular «higa» o figa, el pulgar entre índice y dedo medio.
● Los tres «santos» siguientes son creaciones populares, aunque permitidos en algunas épocas, nunca han estado reconocidos por la hagiografía eclesiástica.

1) A San Fotino (Saint Foutin, 87-177) (02 junio), cuando no tenía descendencia, la gente le ofrendaba exvotos que representan los órganos genitales masculinos o femeninos, y los colocaban sobre el falo descomunal del santo, la «Santa Cosa» (Saint Chose). Se encontraba esta devoción en la Fontaine (Perigueaux) y Varages (Provenza) hasta el siglo XVIII. En Varages al falo de la imagen del santo las mujeres le raspaban pedazos para mejorar su salud sexual y su fertilidad. Ante las continuas pérdidas, los encargados de la imagen le añadían trozos para reemplazar el desgaste. Por eso se hablaba de las «Virutas milagrosas de San Fotino». En una iglesia de Embrun (Altos Alpes) el glande del largo falo de San Fotino era regado con vino y recogido en una vasija para ser usado como eficaz remedio contra la impotencia sexual o la esterilidad.
– El nombre de San Fotino, supuesto primer obispo de Lyon, procede del latín Photinus que acabó siendo asimilado con el antiguo verbo francés foutre, «follar», que como «fuelle» procede del latín follis, que en origen significa bolsas y objetos hinchados.
– En pequeñas cavidades del cañón de Ollioules (Var) se encuentra inscripciones y estatuillas de cera ofrecidas a Búho-Batata (Hibou-Patate) por jóvenes de la región de Tolón que desean suerte en el amor.
2) Para conseguir el embarazo, en varias iglesias de la antigua región de Berry, acudían las mujeres a encomendarse a San Greluchon o Gerluchon, pero no sólo con súplicas, oraciones y ofrendas, sino que también se acostaban sobre la imagen del santo y tomaban polvo de las partes genitales. Estatuas de San Greluchon existían en Montoire, Bourg-Dieu y Gargilesse-Dampierre. Con otros nombres, también se hacían pociones con el polvo raspado en el falo de las efigies de: San Felena en Chabris y San Genitor en Saint Ludre en Déols.
3) San Ters o Tros de Amberes, antes llamado Semini (semilla, o semen) o dios Jumenas.
● Patrones contra la gonorrea y enfermedades venéreas, actuales enfermedades de transmisión sexual (ETS) son: San Leobino (Saint Lubin, 557) (14 marzo), abad del monasterio de Bru y obispo de Chartres; y San Aiberto de Crespín (1060-1140) (07 abril), peregrino y ermitaño en Tournay (Bélgica).
San Gangulfo

– San Gangulfo de Varennes (Saint Gengoul o Jambou) (760) (11 mayo) es el patrón de los cornudos. Una versión de su vida fue escrita por la escritora Hrosvita de Gandersheim hacia el año 960.
– Nacido de una familia noble borgoñona, participó en las actividades propias de su clase social, la guerra y la caza, no obstante siempre destacó por su piedad religiosa. Lo casaron con una mujer de la misma alcurnia, pero el matrimonio no funcionó. Durante una de sus ausencias, su esposa cometió adulterio con un clérigo y él respondió renunciando a su esposa y exiliando al sacerdote. Luego se retiró a su castillo, cerca de Vézelay, para hacer obras de penitencia y caridad. Mientras tanto su esposa regresó con su amante y se confabularon para asesinar al marido. El sacerdote logró atacarlo mientras dormía y le produjo una lesión en el muslo, lo cual suele ser un eufemismo de castración, que poco después lo llevó a la muerte. Se dice que ambos amantes fueron maldecidos por Gangulfo, de manera escatológica, en su acepción fecal. La esposa cada vez que quería hablar soltaba un pedo. El capellán murió de una diarrea sanguinolenta con expulsión de las entrañas.
– San Gangulfo está ligado a las fuentes de agua, pues se dijo que hizo brotar un manantial con un golpe de su bastón. En una ordalía que hizo a su mujer para que declarara su presunta culpa le dijo que metiera la mano en la fuente, cosa que naturalmente aceptó su esposa, pero ocurrió que al sacar el brazo la piel estaba completamente escaldada. Esto le valió ser patrón de los guanteros y curtidores de pieles. A muchas de estas escenas se le han encontrado semejanzas con la leyenda del dios celta Lug.
Restos de antiguos cultos fálicos

● En el Calvario del cerro del Santo de la Hontanilla del pueblo Los Hinojosos (Cuenca) se conservan restos de un monumento romano y luego cristianizado, donde se encuentran falos de piedra de 1 metro de alto, actualmente quedan 8 que señalan un Via Crucis, aunque hay constancia de que a principios del siglo XX había 14 y en su origen serían más de 30. Todo indica que los falos delimitaban la primitiva construcción y que allí se celebrarían ritos de fecundidad, en sentido general, tanto de personas, como rebaños y cultivos. Hasta 1928 se mantuvo la costumbre de que después de la boda, novios y convidados acudieran donde están los falos a danzar al Santo, recordando costumbres ancestrales. Las figuras fálicas además servían de amuletos fascinantes por desviar las miradas y ser protectores contra el aojamiento y los encantos malvados. Se conservan este tipo de falos en otros lugares de España, como los dos de Rabanales de Aliste (Zamora) al lado de la iglesia.

● Escenas eróticas se encuentran grabadas en algunos hórreos asturianos del siglo XVI, y que parecen corresponder icónicamente con un desarrollo tardío de las figuras de los estilos románico y gótico, trasladadas al gusto popular. La más conocida es de un hórreo de Bendueños que representa una mujer embarazada que copula con dos varones uno por delante y el otro por detrás, al lado también se grabaron una serpiente y las huellas de calzado. No se conoce su significado, pero podría derivar de los ejemplos moralizantes medievales del pecado de lujuria, o ser una alegoría de la fertilidad o de protección del hórreo, que es un almacén de productos cosechados. Al parecer antiguamente en algunas comarcas rurales asturianas los recién casados pasaban su noche de bodas en un hórreo.