04 Julio: Santas y Patas de Oca (II)

Santa Neomaya y su pie izquierdo

● Existen varias versiones europeas de la fabulosa Reina del Pie de Oca, así llamada por tener un pie palmípedo: Pédauque francesa, Patoja española o Goosefoot inglesa. Según el diccionario de la Real Academia Española, Patoja: «Que tiene las piernas o pies torcidos o desproporcionados, e imita al pato en andar meneando el cuerpo de un lado a otro». En la tradición popular del Languedoc la expresión «En los tiempos en que Berta hilaba», remitía al hada Berta Pata de Oca, a quien se atribuía la construcción de algunos dólmenes y puentes, aunque ella misma es dolmen y puente.

– En Alemania Frau Bertha más bien parecía una bruja con pies enormes y nariz ganchuda, deformación de su antiguo aspecto de diosa Lechuza, invocada para asustar a los niños, pues tenía fama de raptarlos. Sin embargo, la diosa escandinava Freya, la del Pie de Cisne, era la más hermosa del panteón nórdico. Las dríades celtas, expertas en adivinaciones y profecías, aparecen con uno o ambos pies con forma de pata de oca. La diosa Sequana de los galos navega sobre las aguas en una barca con forma de cisne. En el Mediterráneo oriental la diosa semita Anat se transformaba en oca cuando volaba sobre las aguas marinas. Las lamias vascas que rondan por las orillas de los ríos suelen tener pies de oca, o de pato en general.

– El mismo motivo de pies de animales aparece en una versión de la leyenda de la Reina de Saba, llamada Regina Austris por la denominación bíblica como Reina del Sur, aunque no queda claro si eran pies de ganso o pezuñas de cabra. Parece ser que las piernas peludas se convirtieron en patas de ave al llegar la leyenda a Europa. De esta manera quedó figurada en varios pórticos de catedrales medievales francesas y españolas.

● Más tardíamente, algunas de estas antiguas leyendas se aplicaron a algunas reinas históricas: la reina visigoda Ragnachilda, esposa de Eurico, en Toulouse; Berta o Bertrana, madre de Carlomagno, famosa por tener un pie disforme y grande, que parece conectado con el motivo icónico de la Diosa Hilandera Perchta; Berta de Borgoña, esposa del rey Roberto I, a fines del siglo X. Estos ejemplos eran intentos para explicar la difusión del motivo icónico del pie de oca, aunque en otras ocasiones se referían a diversos tipos de cojeras, como las clásicas del Jacob bíblico o el Edipo griego.

● En Francia los cuentos de «mi madre la Oca» (me mère l’Oye) y en Inglaterra los relatos de la «Madre Gansa» (Mother Goose) fueron muy populares, aunque no solían aparecer las dichas aves en los relatos. Mamá Oca recuerda a las hadas medievales que dejaban sus huellas de patas de oca tras su paso, y curiosamente a las viejas nodrizas y parteras calificadas de ocas o cigüeñas, lo cual enlaza con el nacimiento de los niños traídos por las cigüeñas.

● La pata de oca también fue un signo de lepra, una marca llevada por los leprosos para indicar su enfermedad, quizá por el aspecto escamoso y blanquecino de su piel, aunque el término incluía a muchas otras afecciones dérmicas. El tema se introdujo en las hagiografías y leyendas de santas. Bellas mujeres nobles a quienes se atribuye haber estado afectadas de lepra, invocada por ellas para evitar el matrimonio, a modo de autoexclusión social, y que luego eran curadas milagrosamente, fueron:

▪ Santa Gisela (757-806) (Isberga, 21 mayo), supuesta hermana de Carlomagno, rehusó casarse y se provocó una enfermedad de la piel para evitar el matrimonio. Una vez monja, se hizo discípula del ermitaño San Venancio, quien la curó con agua de manantial.

▪ Santa Neomaya de Poitou (siglo V) (Neomadia, Neosnadia, Neomoisa y otros muchos nombres semejantes; 13 enero, en Francia: 14 enero), aunque de origen legendario, se le atribuyó ser hija de una noble familia galo-romana de Laudunum (actual Loudun, Poitou), debido a sus tendencias contemplativas pidió a Dios que perdiera su belleza, para apagar su hermosura,  pero éste prefirió convertir uno de sus pies en pata de oca, el milagro aconteció junto a un dolmen que adquirió el nombre de «Piedra de pata de oca».

– Ella se dedicó a ser pastora de corderos y ocas, además de propiciadora de las fuentes de agua en la región de Poitiers. Dado que también se la representa hilando con la rueca, y la pata de ave también era un emblema de cojera, puede que designara una deformación profesional de los dedos de los pies, corriente en las hilanderas. De hecho existía un juramento medieval francés «por la rueca de la reina Pédauque», la misma de la Diosa Hilandera que rueda sus hilos sin nunca parar. Coloquialmente en Francia Santa Neomaya suele ser llamada Sainte Mi-Oie, Santa Medio-Oca. Las mujeres casadas que deseaban ser madres, clavaban alfileres sobre el pie de oca de la estatua de la santa, para que no olvidase sus peticiones, además de ser solicitada para curar la epilepsia y las enfermedades infantiles.

▪ Santa Enimia (630) (05 octubre), princesa merovingia, hermana de Dagoberto I, en este caso su petición de lepra en la cara fue atendida, y una vez que su hubo curado en una fuente de Lozère, la dejaron seguir su inclinación religiosa. Fundó un monasterio en la comarca de Gevaudon. También está relacionada con la lucha contra el dragón. Se la venera en su ermita del pueblo de Sainte-Enimie, en las gargantas del río Tarn.

● Hoy (04 julio) se celebra a una de las Santa llamadas Berta, todas ellas nobles y abadesas de monasterios fundados por ellas mismas. Berta es la forma femenina del germánico berht, «brillante, famoso», que aparece en los nombres de Alberto o Roberto.

Santa Austreberta con su lobo

▪ Santa Austreberta (630-704) (10 febrero), De familia noble de la corte del rey Dagoberto. Ingresó en un monasterio de Abbeville y luego, por consejo de San Filiberto, ejerció de abadesa del monasterio de Pavilly, fundado por San Audoeno.

– Es una de los pocas santas que domó a un lobo para llevar la colada del monasterio, función hasta entonces ejercida por un burro devorado por el cánido. Su leyenda cuenta que sacó el pan de un horno ardiente sin quemarse. Su nombre viene a significar «Resplandor del Sur», o del mediodía.

▪ Santa Berta de Avenay (680) (01 mayo) era esposa de San Gomberto, señor de Champenois y fundador de un monasterio donde se retiró al final de su vida. Ella se retiró en calidad de abadesa a la abadía de Avenay, cerca de Reims, de fundación familiar.

– Se dijo que en un sueño supo de la existencia de agua subterránea en un campo cercano, que compró para abastecer al monasterio y al pueblo. Por eso se la consideró protectora contra la sequía y las epidemias. Murió asesinada por los parientes de su marido, exasperados porque la santa había repartido entre los pobres todos sus bienes, que ellos consideraban suyos. Se la invoca contra la locura.

▪ Santa Berta de Chelles o Bertila (680) (05 noviembre), de familia noble de Soissons, entró de monja en el monasterio de Jouarre y después como abadesa de Chelles, fundado por Santa Tequilda.

▪ Santa Berta de Marsolles o Bertilia (705) (03 enero), de familia noble flamenca, su madre fue Santa Gertrudis de Hamage. Cuando enviudó se encerró de por vida en una celda junto a una iglesia que mandó construir.

▪ Santa Berta de Blangy (725) (04 julio) era una mujer noble, madre de cinco hijas. Fundó el monasterio de Blangy (Artois), que rigió como abadesa después de enviudar, desde su posición de reclusa perpetua.

▪ Santa Berta de Biburgo (1151) (06 agosto), de familia noble bávara, fundó y rigió el monasterio de Biburgo.

▪ Santa Berta de Alberti (1106-1163) (24 marzo), fundadora en Florencia de la rama femenina de la Orden de Vallombrosa. Murió en Cavriglia (Valdarno) con fama de taumaturga.

▪ Santa Berta de Kent (25 mayo) y Santa Berta de Bingen (17 septiembre).